domingo, 7 de diciembre de 2014

VERDE QUE TE QUIERO VERDE.- (MICRORRELATO)



Te comí la boca a besos, te abracé el cuello y te arrastré para los adentros...Te susurré al oído palabras ardientes de amor y verdes, muy verdes y tu a medias decías…más, más…Apenas podías hablar, tan sólo escuchar mis exigencias cada vez más fuertes y verdes, siempre verdes como los campos de hierba verde, donde pastan los animales al libre albedrío de su naturaleza, comiendo todo lo que se encuentra en su camino siempre, y yo como una oveja descarriada me perdía entre brincos de pasión, dejándome llevar hacía praderas desconocidas y lugares peligrosos, y tú tras de mí, queriéndote llevar a la boca la hierba verde que seductoramente te ofrecía como pétalos de flor…A lo lejos se oían voces y gritos. Avisos y llamadas de atención del buen pastor, alertándome de que me podría despeñar, y yo seguía y seguía sin volver la vista atrás, tan sólo pensaba en volar y dejarme llevar por las emociones del momento actual, sin pensar, ofreciéndome al azar bajo la sospecha de caer por barrancos y terraplenes, y todo lo que se presentaba ante mi, como ésta gran aventura que era la locura de vivir siempre expuesta a la merced de mis sentimientos...¡Corre, corre…! Decía mi alma desbocada como mujer enamorada buscando más allá de la libertad…¡Corre, corre, sigue adelante…! ¡No te detengas, no vuelvas la cabeza, sigue tus impulsos de pasión…! Nada, ni nadie me importaba, ni de lo que me pudiera encontrar en el camino, mientras tu corrías y corrías cada vez más, aligerando el paso con placenteros abrazos de amor, y yo, sumida como estaba en ese afán de ofrecerte mi boca a retazos. Trocitos de caramelos…De un salto, mis piernas veloces volaron revolcándome sobre la hierba verde, sintiendo la suave brisa de tus suspiros en mi oído, las caricias de tus manos alrededor de mi cuello y las gotas de rocío fresco hasta por dentro de mi cuerpo…¡Bésame, bésame…! No paraba de susurrarte al oído con mis brazos abiertos al mundo, al mundo que era tu existencia, toda entera para mí y yo para ti, desnuda mi piel y despierta mi carne llena de pasión…Para tu boca, para tu alma y para mi cabeza loca…Loca, loca, loca…Que no quiero estar cuerda, que sólo deseo estar todas las horas escribiendo como Federico García Lorca…Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña…Y de nuevo me hallo caminando por la calle, reviviendo cada momento de ayer, tan rico y bueno para mi alma, que me reconforta tanto el espíritu, llenando mi cuerpo de verdadera vida de pasión, pues qué sería de mí sin ésta gran locura de vivir al libre albedrío de los latidos de mi corazón…No quisiera yo entramparme en una moral llena de obstáculos, cuando a cada paso que doy, mis sentimientos se enaltecen con tanto amor que me desborda el alma entera, dejando mis letras volar al ritmo de mi sentir, sabiendo de antemano que quizás traspase las fronteras de la moralidad, como si  fuera algo malo y pecaminoso unos sentimientos anidados en lo más profundo y recóndito de mi ser, resurgiendo sin saber, ni cómo ni cuando, ni por qué, tan sólo las letras sabrán el motivo de salir pregonando con todas sus sílabas y vocablos, palabras locas y atrevidas frases de pasión dejándolas caer por Internet, como si esto fuera un patio de colegio donde los corrillos se forman para cotilleos de grandes y pequeños, y yo aquí disfrutando del placer de escribir...Trocitos de caramelos, látigos de acero…No quisiera yo dejar atrás éstas fantasías eróticas, y desesperar a miles de mujeres entrampadas en mi alma inquieta, sin echarlas a volar por la cruda realidad de su avatar, como si fueran parásitos a seguir arrastrando sentimientos ocultos en una sociedad impuesta por el buen hacer de la lógica civilización, tan sólo por creer que una nunca pudiera tener pensamientos atrevidos y audaces, llevándolos a cabo en un fantástico viaje por el interior de su corazón, expresando sin pudor una aventura más entre un hombre y una mujer de edad madura, como si el amor y el sexo tan sólo fueran cosas estipuladas por las leyes del razonamiento hormonal, en su más puro apogeo de calenturas intravenosas, dejando de lado los sentimientos que nacen a través del paso del tiempo y de los cambios naturales de nuestra mente y corazón...Y por eso no paro de pensar en ti, haciéndome mil preguntas del porqué ayer me comías a besos, dando un paseo por toda la calle tan a gusto, los dos juntitos de la mano, parándonos a cada momento por lugares estratégicos para abrazarnos como dos enamorados, ¡vaya que si! Como cuando nos conocimos, ¿te acuerdas? Hace ya tantos años que estamos juntos y separados que ya no sé ni qué pensar, pero me cuesta creer que hoy me dieras de lado…No paro de pensar en ti, tu mente y la mía, siempre estarán unidas por esa corriente de vida, sexo y pasión compartida, aventuras y desdichadas locuras de amor…Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña…

No hay comentarios:

Publicar un comentario