Escarbando
entre palabras ardientes de amor, aquí me encuentro de nuevo dando rienda
suelta a las letras de mi imaginación, escribiendo aventuras y desventuras de
una mujer de edad madura, donde los sentimientos reprimidos se entremezclan con
pasiones ocultas, y las debilidades humanas las arrastra a emocionantes
momentos de ardor...Y por eso sigo aquí buscando la manera de que vuelvas a mí.
Voy a ser fuerte y aunque me acechen las dudas y los malos pensamientos, pienso
ganar esta batalla con las trampas del ingenio y de la fantasía. No me gusta tu
forma de actuar, me haces mucho daño y voy a utilizar todas las tretas y
artimañas que me pueda imaginar. A ver si te crees que me iba a quedar
encerrada en casa, esperando una señal tuya para lanzarme a tus brazos como una
mujer desesperada, ¡ni hablar! ¡Estaría bueno! Estoy tan harta de tu manera de
proceder que te juro por lo más sagrado que si no fuera porque te quiero tanto,
me liaba la manta a la cabeza y te ibas a enterar tú bien de lo que soy capaz
de hacer. Pienso mostrarte tu espejo para que te des cuenta de cómo eres
realmente, y sientas en tus propias carnes lo que duelen los celos y los malos
pensamientos cuando se está una temporada sin saber, ni qué hacer, ni cómo
actuar, porque yo sufro, ¿te enteras? ¡Y mucho! ¡Ahora me ves y ahora no ve
ves! Estoy hablando sola por la calle y mientras camino voy dándole forma a una historia para no dormir. Le iré
contando una sarta de mentiras ensambladas con verdades a medias y la voy a
enmascarar de tal manera que ni yo misma voy a desentrañar la realidad. Son las
triquiñuelas de mujer y jamás podrás descifrar la autenticidad porque la voy a
enmarañar bien. Estoy harta de sus artilugios, ya no lo soporto más ni lo
pienso tolerar, y por eso te paré en medio de la calle y te dije que no
podíamos seguir así y que estaba con la duda de volver con mi ex. Al momento te
pusiste las pilas, ¡vaya que sí! Reaccionaste y querías saber más del por qué de
mi cambio de actitud, que a qué venía esto si los dos estábamos tan bien así.-
Lo estarás tú alma de cántaro.- Me dije para mis adentros, porque realmente, en
el fondo nuestra relación se estaba convirtiendo en pura rutina y tal
comodidad, que te permitías el lujo de estar conmigo cuando te saliera del
peñón de Gibraltar, porque eso es lo que haces últimamente, ¿te enteras? sin
pararte a pensar que yo soy una romántica de la vida y que todavía me gusta que
me enamoren cada día como si fuera una jovencita, ya que por eso mismo me
separé de mi pareja anterior. Tú estabas fumándote un cigarro, con una mano en
el bolsillo y mirando hacia el cielo, como si estuvieras pasando de mí, cosa
que me horrorizaba, así que sin más preámbulos le solté la bomba. Te comenté
que me había visto con él para hablar y que una cosa llevó a otra y al final
nos liamos un poco. Reconozco que no hay quien me gane en tretas femeninas, y
llenita de maldad, te dije un poco casi entre comillas de manera insinuante,
¡fíjate hasta donde llega mi retórica vengativa! Y tú con los ojos abiertos
como platos me zarandeaste pidiéndome explicaciones y que te contara cómo
surgió, de qué manera y cuándo. Te dije que no deberías de saber más porque te
iba a doler mucho. Ahí me explayé toda enterita y con una risilla irónica y
burlona, más bien tirando a la sátira más mordaz que se pueda una imaginar. Hay
que ver Dios mío, la cantidad de malsana intención que a veces sé utilizar. La
verdad es que lo dejé caer como para que pensara hasta más allá. El caso es que
insististe tanto, que al final te dije que lo había besado como te beso a ti.-
¿Con lengua? Me preguntaste y te dije…Hasta la campanilla y como si estuviera
bailando un tango lento y modulado. Y me quedé tan tranquila. Al final me salí
con la mía porque lo que yo quería era hacerte daño, verdadero daño y del que
duele en los sentimientos. Y por eso ahora estoy buscándote vida mía, para
decirte que todo había sido una jugarreta de las mías para que me hicieras
sentir una mujer amada y deseada, porque eso es lo que me hace vibrar, vivir la
vida a tope, ¡nada de lo cotidiano y normal! Yo necesito amor, pasión, sexo,
aventura…Y ahora resulta que te escondes de mí me buscas y me sigues por ahí,
lo sé porque te vi. A veces me hago la ignorante para que te creas importante y
poderoso, pero cometes errores, ¿sabes? Que esta mañana te vi agachado tras de
las ramas. Estabas escondido y luego estuviste más de una hora esperándome en
la esquina donde suelo pasar, y pasé, ¡vaya que pasé! Que te quedaste mirándome
como un perro apaleado. Me puse ese pantalón vaquero ajustado con mis botas
altas de tacón y un jerséis azul celeste que me favorece tanto a la cara y me
hace guapa, guapa... Si, si, esos vaqueros que te excitan tanto y que cada vez
que me los pongo atraigo la mirada de los hombres, porque según tú, camino de
manera insinuante y provocativa y que te ponen a cien, y yo que lo sé, hasta
dejé caer el fular al pasar por tu lado para agacharme descaradamente delante
de tus narices, y después lentamente me alcé y crucé la carretera enseguida
para perderme por ahí, y antes que te dieras cuenta me metí en un portal y te
esperé, ¡vaya que te esperé! Que entraste como un loco y antes de darte cuenta
te arrastré hasta el fondo y como un niño caíste a mis pies…
No hay comentarios:
Publicar un comentario