viernes, 14 de febrero de 2025

CON LA RAZÓN NO SE PUEDE DEBATIR LO ABSURDO.- (MICRORRELATO)

 En mis andares matinales, raro es el día que no me encuentre pintadas en las paredes, algunas son verdaderas obras de arte, pero lo que más me llama la atención son las frases, que sin pensármelo dos veces, saco el móvil y le hago una foto, ya que me inspiran a narrar cualquier historia de amor y secretos inconfesables, sin medida ni leyes que infrinjan la honestidad de persona alguna, que en mi infinita ignorancia, creo que todo lo que se hace con los sentimientos del corazón es permisivo y nunca pecado…pues…Las palabras elocuentes, para mí son sagradas, inspirándome a imaginar encuentros y desencuentros de cualquier desafortunado o desafortunada en amores, las deja ahí latentes para expresar su estado de ánimo en dicho momento, más o menos dejar sus lágrimas correr por esa pared, y…Mira por dónde, al pasar por un parque la mar de bonito, tropecé con un muro blanquecino y agrietado, donde algún ser proscrito habría dejado el dolor de su alma grabada en dicho paredón…Con la razón no se puede debatir lo absurdo…¡Madre mía! ¡Menuda frase tan profunda! Si se para una a analizarla, da para escribir una novela…Parecían que me estaban esperando para plasmar la vida misma, mejor dicho, mi vida, la tuya y la de otras personas que andan perdidas en un bucle apasionado de tirabuzón…Una vida en la cual vivo y me siento reflejada en dicha frase, como si alguien como tú y como yo, las hubiera dejado marcadas en aquel muro, que a pesar de los desconchones y el deterioro que presentaban, permanecía fuerte e inmóvil como si fuera sentencia de ánimas errantes, que deambulando entre rescoldos, tropiezan una y mil veces con la misma piedra…Así eran lo que sus letras presagiaban, que…Nada más leerlas, sentí unas poderosas manos aferradas a mi cuerpo arrastrándome hacia aquél paredón, y tras él…Sucumbí a sus abrazos como alma que lleva el diablo, toda llena de lujuria y pecado, yaciendo con ése hombre bajo el yugo del apasionado desorden de su cuerpo, todo desbaratado y con el corazón desbocado…Ése hombre paciente y persistente que no se enfada nunca conmigo a pesar de los disparates que le digo, pero…Cuando oye los suspiros de mi garganta exigiéndole más, más, más…Me llama loca, loquita, loca…Me arranca los gritos del alma susurrándole al oído…Las cuerdas atan, y…Desaparece de mi vida hasta que le entra la hambruna mortal, y pasado un tiempo…Se acerca disimuladamente acariciándome los oídos, me coge de las manos como un caballero de los antiguos, se las lleva a la boca y las besa suavemente, y esa suavidad tan leve, son como alitas de mariposas revoloteando en mi pecho…Luego me arrima a su cuerpo, me mira y me abraza con fuerza y deseo y ya no me suelta hasta que me lo como a besos, y por eso…Lo amo y lo deseo con lujuria y desenfreno, y aunque siempre le digo que será la última vez que nos veamos, cuando pasan dos o tres semanas sin verme, me busca y me encuentra…pues…Es la razón de mi subsistencia, mis emociones y mi independencia, sobretodo de…Mi libertad…Mi vida es tan real, que la convierto en un sueño erótico lleno de fantasía, sabiendo de antemano, que…Con la razón no se puede debatir lo absurdo, porque…En lo más profundo de su ser, siente que lo amo, por eso…Ignora mis palabras, no se enfada, tampoco se irrita, ni llora ni muestra alegría, sólo está al pie del cañón…Siempre está…De repente aparece como una sombra que grita mi nombre para que me gire y lo vea…Debe ser porque soy una romántica empedernida y me dejo llevar por cualquier frase escrita en la pared, que aún agrietadas, las palabras las embellecen como si fueran estrellas que iluminan el camino a esas almas perdidas, que en silencio, gritan el perdón por haber sido arrastradas a seguir las huellas de corazones solitarios que vagan por ahí, sabiendo de por vida, que…Con la razón no se puede debatir lo absurdo…

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