No es el amor de mi vida, pero lo estoy queriendo con la suavidad de la paz del hogar…Tampoco es el hombre de mis sueños, pero…Cuando lo miro se me enternecen los sentimientos…Quizás sea por el roce del cariño, o…Llevar tanto tiempo juntos haya apagado la pasión de los años mozos, y se hayan acomodado a los sentidos en reposo…pues…Me casé con él para no quedarme “parvestisantos” como se solía decir en la época en la que nací, y cuando una pasaba de los veinticinco, le colgaban el nombre de solterona, y se quedaba para el resto de sus días, así que cuando vi que todas mis amigas se casaban, el primero que pasó por la puerta, nada más pedírmelo, accedí, además era un buen partido, y como se decía entonces, una menos en casa y un plato más en la mesa, y por eso…Quiero decirte adiós aunque se me rompa el corazón…Es el hombre que ha robado las llaves de mi interior, que por muchas trabas que ponga en el camino, siempre se adelantará a los desafíos de la carne…Conoce cada tramo de mi piel y cada gesto de mi cara, como si me estuviera leyendo el pensamiento…Sabe cuánto, de tal forma, que…Se está adueñando de las emociones que arrebolan mis sentimientos, y antes arda en llamas, llega corriendo para llenarme la boca de besos…Me busca entre los desvaríos de mis sueños mientras duermo…Me abraza para que lo sienta dentro de su pecho, y me acaricia con su lengua de fuego desde los pies hasta el cuello, y por eso…Ya no puedo vivir sin él, aunque mi cabeza grite que no lo he de querer, pero…Cuando presiente que no lo quiero ver…Se dejar ver por todas partes para que nunca lo pueda olvidar, y…Cuando me encuentra, rezuma el olor de los deseos hasta que disloca las carnes de mi cuerpo, y yo que jadeo por sus besos…Me derrito entre suspiros hasta perderme con su aliento…El destino hizo presa de mi agonía cuando descubrí la ansiedad que tenía…Fue como si me hubiera hechizado, de tal manera, que una nueva mujer se adentró en mi interior cuando conocí la verdadera esencia del ser…pues…Me enamoré por primera vez en la vida…Nada me detenía cuando quedábamos…No podía pasar sin él…Me gustaba mucho, demasiado diría yo, y por eso…Me encontré vagando entre los suspiros de su piel…Lo vi caminando a lo lejos…Al momento retrocedió hasta que me adelanté a su paso, y cuando llegó a mi altura, me pasó el brazo por la cintura atrayéndome hacia su pecho, y aunque quise evitarlo, no se despegó de mi lado hasta el amor consumado…Lo miré de reojo sonriéndole…Hacía más de un año que le dejé bien claro que ya no volvería a sus brazos, pero…Jamás me creyó, porque…Su instinto animal sentía que lo amaba todavía…Era tan testarudo, que en su mente no cabía perderme mientras vivía, en cambio yo…Empecé a cavilar que algún día nuestra relación tenía que acabar, y por eso…De mi tristeza…Tienes la mirada triste…me dijo nada más verme…Te pasa algo, seguía hablando…¿Qué te ocurre? Estás rara…Apenas presté atención a sus palabras sabiendo que tenía toda la razón, pero…No quise hablar, ¿para qué? No adelantaba nada, tan sólo quería que se diera cuenta de que teníamos que dejarlo, aunque sabía de antemano que jamás me dejaría marchar, aún así, lo miré fijamente a los ojos…Tienes que desaparecer de mi vida, dejarme vivir en paz y tranquila, estoy en vilo, me siento agobiada, ¡no me gusta seguir así! Tienes los ojos tristes, insistía ignorando mis palabras…Sí, los tengo tristes porque la vida se me apaga sin ti…
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