¡Qué difícil es vivir sin ti…! Perdiéndome por callejuelas
estrechas me encontré…pues…Me sentía ultrajada en lo más íntimo de mi ser
después que pasaste por mi lado y no me dijiste nada, ni siquiera una sonrisa
que me hiciera saber que aún me querías…No podía comprender esa manera tuya de
actuar y por mucho que intentara ponerme en tu lugar, no le encontraba
explicación…Quizás llegó la hora de la verdad y por fin te diste cuenta de que
conmigo no había nada qué hacer, y por eso decidiste por tu cuenta alejarte de
mí sin unas palabras de cariño para consolar mi lastimado corazón…No te
preocupes mi amor, ya sabes que soy fuerte y en peores situaciones me he
encontrado en la vida, además no me voy a quedar encerrada en mi habitación
esperándote…pues…Sé que te cuesta decirme en la cara que todo se acabó, lo sé,
¡vaya que lo sé! ¿Qué te crees que soy tonta? No tienes el valor suficiente
para ver la expresión de mi rostro porque no te dejaría vivir en paz ni un sólo
instante…no lo podrías soportar y te perseguiría día y noche, y… ¿sabes por
qué? Porque te quise con todos los sentimientos que anidan en el corazón, y eso
amigo mío duele mucho, ¿verdad? Me conoces lo suficiente como para saber el
color de mis lágrimas, y aunque no te pongas en mi piel, sí que sentiste en tu
boca el sabor de mis besos y la intimidad de los susurros que se me escapaban
del alma cuando me entregaba a tus abrazos…Sabes que era esencia pura cuando me
hacías tuya, y por eso decidiste cortar por lo sano sin una explicación, pero...
¿sabes que te digo? Se quedó callado, impertérrito…tenía la pose de un niño perdido
sin saber qué hacer con sus manos que las tenía vacías, pero…No paraba de
mirarme fijamente, escrutándome con los ojos, como si quisiera escarbar en mis
pensamientos para adivinar lo que sentía en esos momentos...pues…Tenía la
palabra culpa inscrita en la frente y lo peor que llevaba era que sabía que lo
conocía como la palma de mi mano, ¡vaya que sí! Que las cazaba al vuelo y sabía
perfectamente que a mí no me la daba con queso, y lo que ignoraba es que…Una
mujer enamorada y entregada es imprevisible y lo mismo que ama con todas las
fuerzas, en el momento que sabe que no está a su altura, todo ese amor se
desmorona enseguida y sale volando por puertas, ya que... La dignidad sería lo
último que perdería y tengo capacidad autosuficiente como para renovarme y
renacer de mis propias cenizas…pues…Quería entenderte, de verdad que quería, hasta
intenté ponerme en tu lugar para comprender mejor esa manera de actuar, al fin
y al cabo tuvimos una relación, o al menos así lo pensaba yo…Debe ser que nunca
fue tan sólida como para seguir juntos hasta el final de los días, pero cada
vez que estaba en tus brazos me sentía la mujer más amada del mundo…me mirabas
a los ojos con tantos sentimientos que me transmitían un amor incondicional e
infinito, ¡fíjate! Hasta presentía que estabas locamente enamorado de mí…pues…Así
lo insinuabas constantemente esas miradas que me traspasaban el alma, aunque en
lo más recóndito de mi corazón, sabía que tarde o temprano la historia se iba a
acabar, pero cuando parecía rota del todo o habíamos agotado todas las
expectativas, retomaban el rumbo con más agonía…Era una relación rocambolesca e
interminable, con encuentros furtivos y siempre en lugares estratégicos, y
después de cada choque de pasiones, cada uno su camino y poco más…pues…Yo estaba
casada con un hombre que jamás supo ganarse mi amor, era un bruto y soez,
además de mal tratador psicológico, y aguanté años de mala convivencia por los
hijos hasta que se independizaron, y ahora que se apaciguaron los ánimos,
seguimos viviendo en el mismo piso pero cada uno en su habitación por acomodo e
interés económico, y de mutuo acuerdo, libertad de sentimientos para estar con
quién quisiéramos, siempre que fuéramos cuidadosos guardando las apariencias,
aunque mis amigas más allegadas sabían de mi vida…Y por eso lo conocí en una de
mis salidas…Él por su parte estaba también casado, no sé si la quería o
no…pues…En aquellos momentos lo único que me importaba era yo y nada más que
yo, y como lo amaba tanto me daba igual seguir…Era lo único que teníamos, me
decías siempre, y yo lo aceptaba asumiendo todas las inconveniencias porque
realmente pensaba lo mismo….Tan sólo eran encuentros, leves encuentros de furia
y pasión…Y ahora echando la vista atrás mis ojos no paran de reír y
llorar…pues…Me parecía tan difícil vivir sin ti y ya no porque…sé lo que su
corazón nunca sintió…
No hay comentarios:
Publicar un comentario