Si
yo todavía no sé por qué me dejó, porque me abandonó, no lo comprendo, aún no
lo he llegado a comprender del todo, es una cosa que se me escapa de las manos
y de la mente… ¿por qué me buscó y eligió entre mil? ¿Qué quería de mí? Son
preguntas sin respuestas a las que no le encuentro explicación, ¡Dios mío…!
¿Por qué me llenó de flores el corazón? ¿Por qué me habló de amor? Creo que ese
hombre jamás existió… Me dijo que yo era su princesita, su amada, la que estaba
buscando con toda el alma y que cuando me encontró, no paró de hablarme de
amor. Yo era toda suya. Me convertí en su esclava. Me subyugó con sus frases de
amor. Le entregué mi corazón. Le conté todos mis secretos, hasta los más
pecaminosos y feos… y de repente cambió, ¿qué fue lo que le hizo cambiar?
Quizás fuera mi fervor hacia su persona, su voz varonil, sus palabras de amor a
las que yo quería acostumbrarme y cuando me vio desnuda el alma, descubrió
cuánto lo amaba, ¡Dios mío! Creo que se asustó, si se asustó de lo posesiva y
celosa que era, entonces, ¿por qué se empeñó en seguir conquistándome? ¿Por qué
quiso llegar hasta el final? ¿Por qué me quiso enamorar para dejarme después?
¿Por qué lo hizo? ¿Cuándo se dio cuenta de su error? Fue entonces cuando poco a
poco fue mostrándose tal cual… y reculó si no… ¿A qué venía el contarme que
tenía una amante desde hacía no sé cuántos años…? ¿Por qué vino a incordiarme?
Si tú no me querías… ¿por qué me enamoraste? Se asustó, creo que se asustó…
Quizás es que estaba jugando con el amor, probando otras formas, quizás tan
sólo quería jugar un poco conmigo… hacer guarrerías por Internet, eso que
llaman cositas pecaminosas a través del teléfono, pero… ¿a qué viene eso? Si ya
tenía todo lo que quería, ¿qué es lo que te atrajo de mí? ¿Mi persona…? ¿Mis
versos locos? ¿Mis relatos cortos? ¿Mis sentimientos… mi alma…? ¡Dímelo por
favor! porque creo que no me equivoco al pensar que te asustaste un poco cuando
me viste avanzar a lo fuerte, a lo fiero y a lo verdadero, auténtico… Te dije
desde primera hora que no era libre, que estaba unida a un hombre pero que yo
te quería… te quería en alma y espíritu, ¿acaso no lo entiendes? Y tu al
principio dudaste de la cosa, pero luego te envalentonaste y lo aceptaste… me
dijiste que bueno, que tal vez un día podrías venir a verme, a conocerme por
dentro de mi cuerpo, y yo te dije tan sólo, te quiero, te quiero mi amor...
Vale, no me importa estar así todo el tiempo, tenemos todo el tiempo del mundo
para soñar y tener fantasías lindas y bellas, amor mío, la vida nos está
poniendo a juego… Y tú estabas conforme, era sólo una fantasía que habíamos
creado para hacer una vida mejor, así que déjate de cuentos. No es porque yo
sea mujer casada, si no por que te doy mucho miedo el que sea tan libre de
pensamiento, de tener esta gran capacidad de poder elevar un amor virtual al
grado sumo de independencia total, pero claro, a ti lo que te ocurre es que lo
quieres todo para ti y en carne y hueso. Estás acostumbrado a ser el ganador en
todos los terrenos y no te gusta competir con alguien ajeno. Lo comprendo y lo
acepto, pero no me digas que sólo es por eso, no, no... hay algo más detrás de
todo eso, tu y yo lo sabemos. Tu sientes miedo del poder que ejerzo sobre tu
mente y por eso te has retirado del encanto, si, si, porque esto parece cosas de
brujas, ¿verdad? No, cariño mío, no son cosas de brujerías ni encantamientos,
es sólo que tu y yo hemos traspasado los límites de amor sabiéndolo de
antemano, si, ese amor que hechiza y enamora el alma de las personas,
elevándolas a extremos tridimensionales y que va más allá de la muerte y con
eso no se puede, ¿sabes? O… simplemente es que te da miedo el verme tan
estupendamente joven y bella aún con los mismo años que tu, y por eso que no
quieres saber de mi, porque lo que tengo muy claro es que tu eres de igual
pensamiento que yo y que te importa un bledo el que sea casada o soltera,
porque lo que te inmiscuye en mis sentimientos es lo que yo sienta por dentro,
el ser tuya en el alma y en el pensamiento, pero al verme tan plácida en los
aires que me invento, eso a ti, mi querido niño te da mucho miedo, por eso te
alejaste al momento y ahora que sigues enamorado y me llevas en tu pensamiento
aún siente más miedo del poder que poseo y que ejerzo sobre ti, ja, ja, ja… y
es que siempre fuiste pájaro de alas al viento y claro, yo soy de igual
pensamiento y conmigo, ni tu puedes ni yo te lo permito ni consiento... o...
quizás es que no te gusta lo que últimamente ves en tu espejo porque te sabes
muy feo, gordo y mucho más viejo y crees que ya no tendría deseo sexual por ti,
o porque temes no despertar mi apetito carnal cuando te viera desnudo… ¡madre
mía! aún no te has enterado que a mí lo que me gusta de un hombre son sus
maneras varoniles, sus apasionadas miradas y la fuerza de la voz… por eso te
digo que no te entiendo a no ser que a ti lo que te atrae de una mujer sean sus
hermosos pechos, su buen culo, cuerpo y el sexo… ¡Váyase usted con Dios que yo
me quedaré con mis sentimientos libres y llenos de pasión…!
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