jueves, 18 de febrero de 2016

CLAMANDO AL CIELO.- (MICRORRELATO)




¡Ojalá que todas las fuerzas de la naturaleza de mis apasionados besos que te di, puedan más que tus razones multiplicadas por mil! Es tanto lo que te deseo y ansío que no habrá en el mundo poder más absoluto y grande que el mío… que te tengo que ver arrastrado a mis pies por un solo beso, antes que me olvide por entero de ti…¡Ojalá no me puedas olvidar ni un momento de tu vida! Porque si tú estás deambulando en la cabeza mía será porque no te quieras marchar, y para recordarme que un día fui tuya…que si llego a saber que desde aquél beso maldito, yo estoy para enloquecer, sigo caminando para adelante y no te vuelvo a ver…Despotricando por la vida como la peor de las bichas, iba echando sapos y culebras como malquerida y despechada mujer…Yo sabía que estaba dirigiendo los hilos de mi querer desde los adentros de su ser y no estaba dispuesta a dejarme manejar como un títere más en sus manos, así que le presenté batalla en una lucha encarnizada sin cuartel y desde mis más recónditos pensamientos lo atraje a mi encuentro sacando todos los demonios que llevaba dentro en aquellos momentos…y me lo llevé a mi terreno…¡Ojala mis húmedos besos no te dejen vivir ni un solo momento en paz por culpa de tu mal querer! Y clamaba al cielo y al viento con toda la rabia y el odio que me estaba consumiendo por dentro, que me salvara de sus garras y me enviara un ángel de la guarda, para salir de la trampa de sus palabras enmarañada con leves matices de pasión… De repente lo veo caminar hacia mí tranquilo y seguro, con una mano en el bolsillo metida, la cabeza hacia un lado y una ceja para arriba… y bajo la mirada, tenía escondida una socarrona e irónica sonrisa que lo delataba de mujeriego y ligón… Y yo que lo esperaba expectante, pensaba para mí…Como sea ese que llega ahí, veremos la que puedo liar porque me gusta a reventar…Y al ir acercándose se afirmaron todas mis expectativas…no pudo disimular el gesto de admiración al ver mi boca de cerca…y me lancé a por él… Quizás mi estado anímico y la soledad de mi alma, o el poco tiempo que llevaba desde que me había separado, me indujera a trabar amistad con cualquier tipo, y mira por donde había ido a parar en un lugar donde jamás se me hubiera ocurrido pensar, y estaba harta de tanta pena y soledad…Hacía más de tres meses que lo habíamos dejado después de más de una década de convivencia infernal…Habían sido muchos años de locura y pasión, y ahora, después de haberme tropezado con éste hombre en el camino, no creo que aquello que sentíamos el uno por el otro fuera auténtico amor. Éramos esclavos de nuestras propias debilidades, donde casi siempre imperaba un mal querer de encuentros y desencuentros desesperados y pocos buenos… Ese pulso que se echan las parejas sobre el poder el uno sobre el otro…Quien deja antes a quien…Y estando en ese pensamiento, lo abandoné hechizada por otro querer…Tengo el corazón arrebatado desde que tropezamos en la esquina y me robó un beso en la caída…y no sé si fue él quien lo buscó, o yo me dejé encontrar…quizás ese beso se entrometió entre su boca y la mía y desde entonces lo siento de noche y lo pienso de día… ¡Ay diosa del amor! ¡Duendecillos traviesos, Cupido…! Traérmelo de nuevo a mi lado para que me harte de besarlo y no pueda olvidarme ni de cerca no de lejos, que lo siento en el pecho, en mi alma y en mi cuerpo, pero donde más lo siento es en ese lugar que no me atrevo a nombrar por lo grave… y porque es pecado…pero se me están quemando hasta los arrabales del mismísimo infierno y echo fuego desde que amanece…hasta que me acuesto… Y aparece ante mí sonriéndome como si me conociera de toda la vida, y lo peor de todo es que yo tengo la misma sensación…quizás su cercanía, su modo de mirarme y la actitud, pidiéndome disculpas, ofreciéndome la mano y yo al quererla coger, se me acerca y me planta dos sonoros besos en la cara…Eso fue lo que me encandiló por completo y sin darme cuenta empecé a coquetear como si tuviera quince años, y él, típico sabedor del percal, jugueteó con mis labios de una manera tan sutil que ya no sé quién conquistó a quién pero fue un momento tan mágico, que la palabra flirtear se instaló entre los dos, embaucándome a un coqueteo desbordantes de pícaras palabras e inocentes gestos de pasión…Y ahora mi ex no me deja ni un segundo de espiar, que me busca por todas partes y lo que era antes un desasosiego por verlo, ahora hasta me molesta y me escondo con tal de no pasar por su lado, dándole mil vueltas para no cruzarme con él, pero a veces siento como si me llamara de lejos y es tanta la insistencia que hasta me parece que lo veo a mi lado, que me abraza y que me besa en los labios…y me dice al oído…Vuelve a mis brazos, que aún te llevo en la sangre que me corroe por dentro el pensar que te hayas enamorado de otro…que te conozco…Y me estremezco clamando al cielo…Me estás martilleando la mente como un demonio eufórico y demente, traidor impío y sin piel, que lo único que quieres es revestir tu alma con la mía, diablo venenoso e infiel, y no te das cuenta de que mi boca ya no puede besar otros labios que no sean los de él…Y estando ahí, en mis tristes cábalas y ansiada soledad conocí a ese hombre por la calle, antes de llegar al circuito donde solía hacer mi recorrido diario de dos horas andando… Fue todo tan inesperado, tan sin pensarlo, ni calcularlo ni nada parecido, que todavía no me explico el cómo, el por qué, ni a qué ton te cruzaste en mi camino, me miraste y yo te sonreí…Ni siquiera sé el motivo por el que tú te giraste y yo te besé con descaro, con ganas…y con sed…Había algo bajo esa máscara de frivolidad que me hacía pensar que escondía algún secreto inconfesable, pero como tampoco me interesaba mucho no le daba importancia…Sólo quería seducirlo para volverme a enamorar…Quizás lo estaba utilizando de una manera maquiavélica, sin darme cuenta de que estaba cayendo en mi propia trampa…De vez en cuando, mi mente me atraicionaba y aparecía mi ex hablándome otra vez… Tú sabes de qué manera te deseo, que me estoy volviendo loco de tanto querer y no poderte tener, que me ahogo de deseo agonía por ti, y me estoy muriendo poco a poco de sufrimiento, de dolor, que es como si me prendieran fuego…Vuelve a mí que te necesito abrazar, tocar tu piel, tu cuerpo, repasarlo con la yema de los dedos, que lloro por ti cada instante... Me no duermo de pensarte y tú lo sabes porque me estás dictando las palabras que  me salen del alma como lágrimas de sangre…Me hacía dudar… Pero éste hombre tenía un no sé qué, que me atrapaba, y era tanto lo que ansiaba sentirme de nuevo enamorada, que con la habilidad de una gata, intercambiamos nuestros móviles…No hacía más que un minuto que nos despedimos, cuando sonó el silbato de un mensaje…Que si me apetecía tomar un café con él al otro día, y sin dudarlo acepté la invitación…Tenía una curiosidad morbosa por conocerlo, sin saber el porqué…Quedó conmigo a las diez y media en la puerta de la estación y lo esperé hasta hartarme, así que después de dos horas yendo de un lugar a otro, regresé a casa y antes de llegar al portal me llama al móvil disculpándose, contándome un rollo de muy padre y señor mío, pero que estaba allí…No sé qué es lo que pasó por mi mente, pues por más vuelta que le doy, aún no sé si era yo o era él, porque sin pararme a pensar, me giré y corrí…Corrí hacia allí mientras iba clamando al cielo con todas las fuerzas de mis deseos…¡Ojalá mis húmedos besos lo arrastre hasta mi cuerpo y jamás pueda vivir sin ellos…y sin el tacto de mis cabellos…! Era una fuerza superior a mí, sintiendo como si él me atrajera…algo misterioso estaba ocurriendo en mi interior, como si de un hechizo o encantamiento se tratara… Llegué exhausta, nerviosita perdida…Estaba como si fuera una cita con mi amante al que conociera y llevara mucho tiempo sin ver. No comprendía mi actitud hacia una persona que no conocía de nada, pero al que tenía unas ganas impresionantes de besar… me ardían los labios… De repente apareció por la esquina con una sonrisa lasciva que tenía escondida bajo la chispa de su mirada perdida…y yo que lo esperaba segura y desinhibida, desató en mí una sensación pecaminosa de poder, que me lancé derretida a sus brazos y lo besé…con ganas y con sed… y con la boca encendida…



domingo, 14 de febrero de 2016

ANTES DE ACABAR LA NOCHE.- (MICRORRELATO)





Estaba caminando con mi cuadernillo de notas, cuando algo llamó mi atención, era como un flas de las máquinas fotográficas, que de repente cegaran mis ojos, pues a veces me pasan escenas extrañas pero al mismo tiempo cercanas, como si yo las hubiera vivido en otra dimensión o lugar de mi existencia…quizás un alma errante que desde el más allá acude a mí para que la retrate con palabras…Fue en ese mismo instante que me di cuenta que tenía que cambiar de aires, buscar un retiro para seguir escribiendo y aunque mis letras no traspasaran fronteras, sí que alegraban mi existir llenando ese hueco vacío de mi corazón. A veces me desbordaban tanto las palabras que tenía que echarlas fuera para que todo el mundo las leyera en el viento, pues para mí eran como lágrimas derramadas de almas desesperadas por salir a vivir un poco de amor por ahí…Eran las limosnas de amores que mendigaban mujeres y hombres… Algunas personas piensan eso de que una mujer se tiene que dar a valer sin declarar su amor a un hombre, sin ir en su busca, sin luchar, ese dicho tan generalizado que la mayoría de la gente suelta por su boca…Hay que darse a valer…O sea, que si una mujer llora por el amor de un hombre y lucha por él, ya no vale nada, ¿no? Te tienes que dar a valer quedándote esperando que el que te quiera que te busque…Hasta ahí lo puedo entender, pero como decía mi madre, los novios no vienen a buscarte a la casa, una ha de salir para dejarse encontrar… Aquí no se trata de tener más o menos orgullo o dignidad, no. Aquí de lo que se trata es de querer o no querer, amar o no amar y punto…En el amor no hay orgullo, en el amor hay entrega y ganas, muchas ganas para todo lo que conlleva la fuerza de la pasión cuando una está enamorada, porque parece ser que aquí los hombres son los que llevan la voz cantante, y los únicos que tienen derecho a decidir el que una mujer sea feliz con él o desgraciada sin él, pero vamos, ¿en qué mundo vivimos? ¡Pues no me da la gana y no me conformo! Tantas comeduras de coco, que lo único que hace es obstaculizar la vida de cualquier mujer, sea joven o mayor, sobre todo las que estamos en una edad peligrosa como por ejemplo yo, tantas trabas y temores como si fuéramos niñas pequeñas y tengamos que pedir permiso para todo, ¡jolines, que estoy harta ya de tanta mediocridad! ¡Porras! Que yo soy la dueña de mis actos…y…esclava de mis palabras…así de simple…Y por eso me lié la manta a la cabeza y les cuento…Estaba harta de todo y quería encontrar la felicidad y triunfar en uno de los mayores retos que una mujer enamorada como yo se había planteado, pues no estaba dispuesta a tirar por la borda la oportunidad que el amor me había ofrecido como una oferta de vida, para mi alma y mi corazón, pues al fin y al cabo había nacido para amar y ser amada tal como mi mente y mi cuerpo deseaba, y estaba pidiendo a gritos desde que lo conocí…Me di cuenta que aquí en la capital ya no me ataba nada. Era completamente libre y me encontraba en un momento de mi vida tan crucial, que tenía que decidir, si seguir atada y sin nada, o arriesgarme e irme lo más lejos del mundo y conocer a fondo al hombre que me había robado el corazón. No lo dudé un instante, me compré una maleta gigantesca, más bien parecía un baúl, lo llené enterito y me encaminé hasta la estación de autobuses…Me presenté en el pueblo aquél, en la otra punta del mapa sin pensar siquiera lo que me iba a encontrar, pues después de un año sin saber nada de él, para mí era una aventura a la deriva y sin retroceso…No había marcha atrás, además con el riesgo que hubiera conocido a otra y estuvieran viviendo juntos, pues para mí, que a éste le iba la marcha en cantidad, pero por lo poquito que lo conocía, necesitaba estar enamorado, más o menos como yo, que jamás hubiera estado con un hombre sin amor, porque a mí eso del sexo por placer, no me va...Ni me lo planteé, ahora o nunca…No estaba dispuesta a perderlo, tenía que luchar por el amor de mi vida y mi felicidad...Cuando llegué a la estación, según iba bajando los escalones del autocar, sentí mil ojos clavado en la figura de mi piel…Llegué a la plaza central arrastrando el maletón y todas las personas que estaban sentadas en los bancos de alrededor, se me quedaron mirando de arriba abajo como si nunca hubieran visto a una señora…Quizás las maneras y andares me delataban como mujer de mundo…no lo sé…puede ser que allí se conocieran todos los vecinos y creyeran que era una turista perdida…Pensaba liarla y armarla, así que como la que no quiere la cosa, pasé por delante de ellos, y entré en el bar donde sabía de antemano, que estaría jugando al mus o al dominó con sus cuatros amigos de la infancia. Todas las cabezas se giraron hacía mí, pues iba vestida con unos vaqueros y camisa a cuadros rojos y blancos tan bonita que hasta me rejuvenecía y estilizaban la figura…Después de tantas clases de Pilates para éste cuerpo, algo haría…Me había dejado crecer el pelo, y aparte de tenerlo rizado, me hacía guapa, guapa, en una palabra que estaba como para darme un buen revolcón, bueno, eso es lo me dijo uno antes de subir al autocar, y me hizo tanta gracia...Al momento nuestras miradas se cruzaron, pero me hice la desentendida, como si no lo hubiera reconocido, me di la vuelta y me dirigí a la barra del bar…Por favor, un cortadito…El camarero se quedó mirándome el rostro con una sonrisa insinuante…Yo sabía que todos los ojos estaban clavados en mi trasero…Había una máquina de esas que ya no existen ni en sueños, pero en ese pueblo tan pequeño sí…dejé caer una moneda adrede para agacharme, coqueteando con la mirada de los hombres que en ningún momento dejaron de observar mis vaqueros, y yo descaradamente, no paré de moverme provocándolos con toda la intención del mundo, y luego me di la vuelta echándome el pelo hacia atrás con una coquetería de lo más exagerada, pues ante todo quería llamar su atención…Acabé mi café y me dirigí hacia la puerta con unos andares de lo más bamboleantes que se pueda uno imaginar. Estaba decidida a llevármelo al huerto, aunque sabía que se estaba haciendo el duro de pelar, pero nada que yo no pueda conseguir...Tenía mucho que perder, toda una vida que dejé atrás, y esas perversas artimañas de mujer que cuando una se lo propone, no hay muro ni malecón que no derrumbe…Ese día me dediqué a supervisar la casa, que por medio de una vecina mía había alquilado a muy buen precio, y después me lié a ordenar toda la ropa…Al otro día era sábado…y en ese pueblo todavía se solía decir aquella frase tan antigua de…Sábado sabadete, camisa limpia y polvete…Ante todo quería impresionarlo, provocarlo de manera que le temblaran hasta las pestañas…No se lo iba a poner nada fácil, me tenía que ganar a pulso, ya que me dejó tirada como una perra al otro día de haber desayunado conmigo en aquella pensión, donde nos fuimos el mismo día que lo conocí…Fue un amor a primera vista…Así que me encaminé hacia la plazoleta donde pregunté por un lugar donde pudiera una bailar un sábado noche...Me puse una falda estrecha de tubo con una abertura que me llegaba hasta la mitad del muslo, todo hermoso y carnoso, como para hincarme el diente y empecé a andar delante suya, toda sigilosa, con unos movimientos de caderas de lo más sugerente y sexis, muy sexis…con unos botines de cordón que con mucho disimulo desaté, de manera que al pasar por su lado, hice como la me tropezaba y me agarré en la silla de enfrente…levanté la pierna y la apoyé en el filo para atarme los cordones justo delante de un tío más o menos de su edad, que desde que entré por la puerta no dejó de mirarme descaradamente y muy seguro de sí mismo, como diciendo…La tengo en el bote…E hice como la que no podía hacerme el nudo, por lo que un caballero muy galante se ofreció a ayudarme, pero él de un codazo a lo bestia, lo empujó a un lado para anudarme el cordón…Sus manos no atinaban de los temblores ante la raja de mi falda, clavándome la mirada por detrás de las ingles y más allá…Estaba tan nervioso que me agaché para ayudarle y nuestras manos se rozaron como si estuvieran deseosas de sentirse acariciadas…y un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo, que se me salieron todos los suspiros del pecho, y al oírme, alzó la mirada y se quedó clavada entre las pestañas de mi falda…Miles de lucecitas rojas, azules y verdes parpadearon por la oscura la sala, donde las parejas bailaban agarradas al compás de la balada…Me rozó el codo y me abandoné a su brazo, dejándome llevar justo en medio para esconderme de las miradas de la gente, y entre vueltas y vueltas, su cuerpo iba y venía en un balanceo infinito de pasión…Le di la espalda, y me enlazó por la cintura contándome al oído todas sus aventuras, mientras mis manos le rodeaban el cuello al ritmo de mis besos, y entre los giros de aquél tango tan lento, pierna alzada y ese sube y baja, rozándole con el trasero de mi falda desde sus rodillas hasta su barriga, le dije te quiero con la piel desnuda de mis deseos…y antes de acabar la noche…me lo llevé al huerto…

viernes, 12 de febrero de 2016

EN ABRIL AGUAS MIL.- (MICRORRELATO) segunda parte




Tenía la imagen de su rostro grabada en mi memoria y no paraba de recordar sus ojos, sus labios carnosos y el terciopelo de sus besos, para mí, los más hermosos y bellos que jamás habían rozado mi boca y mi cuerpo...No paraba de preguntarme el porqué de su estampida y siempre llegaba a la misma conclusión…Había dejado de quererme o estaba esperando que reaccionara…Más de mil veces repasaba las facciones de su cara, recorriendo cada línea de sus gestos y siempre sentía la misma sensación…Daban ganas de dejarse llevar por las emociones...soñar con los bailes de la pubertad...y tu boca besar... ser amada y amar al compás de la música de un vals, un tango lento quizás…para que me sienta toda, toda…el contorno de mi cuerpo delgado y…ardiendo…y me arrime al suyo hermoso y esbelto…que echo fuego por cada poro de mis sentimientos cuando lo evoco…y me estremezco de tanto como lo deseo…y el corazón se me sale del pecho de las mariposas que me aletean por dentro, y me palpita de emoción…que tengo unas ganas horrorosas de estar con él entre sábanas, mantas y un buen colchón…como para emborracharme y volverme loca, loca…ebria de pasión…Tenía una leve sonrisa enmascarada de tristeza y soledad, con la mirada hacia abajo, perdida y sumida en un abandono total. Era como si la vida lo hubiera derrotado y no tuviera ganas de luchar…Toda su juerga y jolgorio envuelto en un caparazón ante la sociedad, pues había sido siempre un buscavidas, un currante nato, un luchador…Quizás no lo supieron valorar como yo…que nada más verlo aparecer supe lo que era él…Mi príncipe azul…Iba caminando sola por ahí, guiada por el cónclave de mis emociones, dejándome atrapar por las palabras que acudían presurosas y ligeras, deseosas de brotar, sembrando en mis pelambreras historias secretas e inconfesables de amores ocultos y llenos de pesadumbres…Almas perdidas, errantes. Nómadas que van y vienen a la deriva de sus inexistentes vidas sin par, ante la adversidad de sus andanzas por la tierra, buscando alguien como yo que les solucione la amargura, que de alguna manera, aún laten en sus desdichados corazones, y que no se atreven a contar sus intimidades por creer que son pecados mortales…y graves…Como si el amar apasionadamente fuera obra del diablo o de los demonios de la carne…Son historias de mujeres que no se arriesgan a salir de cualquier situación que les vaya mal, en cambio se dan a la aventura dejándose llevar por sus sentimientos ante cualquier mal parido que prosperan por ahí… Desastres de parejas mal avenidas o esas que hacen el paripé ante la sociedad, en la cual me incluyo yo como otra más del pelotón…Y es que me estoy hartando de tanto caminar sola porque yo nací para amar y ser amada…Había pasado más de un año desde que lo conocí, y aún tenía todos sus besos grabados en mi recuerdo. No podía comprender el porqué seguía ahí latiendo como si hubiera ocurrido ayer, y a medida que pasaban los días, más me acordaba de aquella mañana cuando lo besé…No paraba de darle vueltas a la insinuación que me hizo antes de desaparecer de mi vida…Como si yo no tuviera corazón ni sentimientos…Esas fueron sus últimas palabras…Le había confesado el mayor e imperdonable de los pecados, íntimos y secretos…Entonces yo no era libre del todo, pues aparte de un déspota y horroroso esposo, tenía una relación de lo más escabrosa que se pueda una imaginar…Además es que en aquellos momentos de mi vida me daba igual compartir la vida con los dos…Quizás la comodidad o mejor dicho egoísmo, pues hacía muchísimo tiempo que entre él y yo no había nada que hacer…Era lo más aburrido que existía como hombre, como pareja y como amigo, así que imaginaros como amante. La llama de la pasión se había apagado entre los dos desde hacía tiempo, y ni él me deseaba con tanta insistencia, ni yo a él, que cada vez que se me acercaba era para rebuznar o para cuestionar esto y lo otro, siempre queriéndome ridiculizar cada comentario, o lo que es peor aún, toda la vida echándome un pulso…No sé por qué tenía la sensación de que parecía que estaba compitiendo conmigo. Más de una vez le recriminaba que no era su rival, sino su amiga y compañera de viaje, pero se ve que nunca lo entendió, haciéndome la vida imposible por lo que le daba de lado y me iba por ahí a buscar soluciones a mi vida…Hasta que lo conocí y me di a éste hombre que me subyugó desde un principio la mente y el corazón con sus palabras de pasión, haciéndome enloquecer de tal manera, que me tenía absorbida la cabeza que no encontraba salida a mi situación. Era una lucha continua de sentimientos y emociones encontradas, donde los celos, las pasiones y la rabia contenida estaban a flor de piel y llegó un momento que me planteé el dejarlo, pues más de una vez por venganza me daban ganas de liarme con el primero que me gustara un poco, cosa que jamás conseguí, ya que me valoro demasiado como para ir regalando besos y abrazos sin ton ni son, sin sentimientos por medios… ¡hala, como si fueran pipas o caramelos…! O quizás es que viva en una nube de cristal, y es así como lo conocí y me enamoré de su sonrisa y del roce de su piel…Y por eso lo besé y les cuento…Me hallo en un dilema que no sé por dónde tirar, pues es muy difícil empezar de nuevo, y menos a mi edad, una edad, que sin ser muy mayor, tampoco es que sea una jovencita, en una palabra, que soy bien madurita, pero tengo unas ganas de vivir, de besarlo y de hartarme de él que ya no me puedo ni aguantar…A veces le comentaba a mis amigas todo este engranaje, y resulta que les ocurre lo mismo con sus parejas, pero que como a ellas ya no les atrae el sexo, pues que pasan, porque lo que realmente les preocupan es estar a gusto en sus casas y que no les falten de nada, y menos para comer. En una palabra, que se han acomodado, pero tanto ellos como ellas, ¡eh! Y por eso no dan ningún paso, ni para delante ni para atrás, y claro, ¿para qué nos vamos a engañar? A mí me da que pensar…Pero siento tanta pasión por ese hombre que me besó…tengo unos suspiros todo el día en el pecho que no puedo ni respirar, que me ahoga y oprime la garganta…y un sinvivir, una ansiedad…unas ganas de…¡Uh…Ah…Oh…! Es por eso que lo he decido ya, pues poniendo en una balanza mis sentimientos y mi estar viva o muerta, no tuve ninguna duda y ni me lo pensé…Así que cogí mis bártulos y hablé con mi marido y lo dejé planchado, vamos, plantado como una maceta. Ni siquiera le di opción a rechistar, porque antes ya había dado un portazo a la puerta y a mi vida junto a él…Y bajando los escalones de dos en dos iba canturreando de alegría…¡Pasando una de página! Me sentí como una camarera gritando a los cocineros…¡Libre, libre como el viento! Y eché mis alas a volar gritando al mundo que lo quiero y que sin él muero…Que la vida no tiene sentido para mí, y aunque sé que ya no hay nada que hacer con él…me arriesgaré y lo buscaré entre las páginas de mi querer…En las palpitaciones que me revolucionaban el alma cuando era una doncella y recatada adolescente…pura y virgen…y muy decente, decente…En la edad del pavo cuando me miraban los chicos y me ponía más colorada que un tomate…En los cosquilleos por el estómago que son los mismos que ahora tengo en el ombligo…¡Señor, Señor, qué cosas tan extrañas me pasan...! Y a mi edad…¡qué vergüenza por Dios, qué vergüenza tener éstos sentimientos…! Ya no me pega para nada…Repasaré cada línea, cada palabra y seguro, seguro que lo encontraré por ahí, porque…como decía mi mamá, en abril aguas mil…



miércoles, 10 de febrero de 2016

EL SABOR DE LOS BESOS.- (MICRORRELATO) primera parte




En algún rincón del destino nuestros besos se dejaran atrapar por la búsqueda de su sabor…y yo mientras tanto me enredo saboreando…Caminaré sola, tranquila, y sosegada…sin volver la mirada atrás…Hay un beso escondido por ahí que no para de insistir…me dice que lo tengo enamorado, que me quiere y que no parará hasta posarse en mis labios…y yo aquí, aún sin decidir, pues no es la mente la que me empuja a seguir, sino el corazón el que se opone entre los dos…o…quizás es que me gustaría probar otro sabor…Es la montaña la que me enseña y atrapa mi atención, embargándome el alma de mil sensaciones que brotan desde lo más profundo de mi corazón, ejerciendo sobre mi cuerpo unas ganas de vivir, ¡madre mía de mi vida! que es como si acabara de nacer a la curiosidad del existir…Y esa montaña por la que camino por las mañanas bien tempranito, me muestra todas las maravillas del universo a cada paso que doy…El aire que acaricia mi rostro me renueva las emociones y una alegría multicolor recorre mi lápiz y mi amor…El viento me llena de energías positivas y el sol, ¡ay Señor! El sol me recuerda la niña que corría por las playas mías…Y la tierra, ¡la tierra por Dios! La tierra me llama, me advierte y me avisa…Ten cuidado chiquilla por donde pisas…Y me paro para ver cómo crecen las margaritas, cómo corretean los perros, las piedras que me revelan secretos y traiciones de mujeres y hombres, y cientos de florecillas a mi alrededor, y unos árboles tan esbeltos, hermosos y bellos, que no puedo por menos que dejarme abrazar por sus ramas alegrando mi vida y mi corazón, iluminando mi cuerpo de esplendor…Son como besos que flotan a mi alrededor, y que luego retrato con los latidos de mi razón transformándolo en una historia de amor, saliendo las palabras por los vericuetos de mi voz…Y me dictan con clamor…Ojalá el aliento de mis besos se te metan en el tuétano de tus huesos y te recorran por las directrices de tu cuerpo y los sentidos, para que no se te pueda olvidar ni un instante de tu vida cuando me dijiste…te quiero…Ojalá se te revuelvan las tripas en el estómago y te dobles de dolor por haberme mentido tanto…Y es que estoy rabiosa perdida y llena de odio…Otras veces me arrepiento y me enfado conmigo misma por ser tan perversa y cruel, pues sé positivamente que todo mal que se le desea a otra persona se vuelve contra ti, y por eso me arrepiento enseguida…Ojalá el terciopelo de mis besos te acaricien el recuerdo y te traigan a mi lado de nuevo y me digas al oído…regálame otro beso que me arden hasta los pensamientos…¡Ay madre mía, eso sí que me gustaría…! Que me tiene todo el día enardecida perdida, que no te quito ni un segundo de mi cabeza como si tuvieras la fuerza de habitar en mí. Y lo que no puedo comprender es la manera tan tonta de haberme enamorado de ti, pero, ¡si no eres mi tipo! Si hasta cuando di un salto para encaramarme a tu cintura, me quedé a medias por culpa de tu enorme cuerpo, ¡qué cosas me ocurren por Dios! Además eres un pueblerino y tienes maneras y formas de estar todo el día metido en el bar jugando al mus, salir los sábados de juerga a ver si pesca una buena tía para llevarte al coleto…porque eso me lo has contado tú a mí, ¡eh! Que no me lo he inventando…O sea que eres de esos tío antiguos que dicen…Sábado sabadete, camisa limpia y polvete…¡Uf, qué horror! ¡No me lo puedo ni creer! Nada más pensarlo me entran hasta escalofrío...Pues nada, aquí estoy yo dándole que te pego al coco sin saber qué hacer, si tirar para adelante o quedarme plantada como una maceta esperando que me caiga la lluvia del cielo…Aún no puedo olvidar las palabras que me dijiste al oído… ¡Qué bien besas! Eso me dijiste una vez…La primera vez que te besé…que te quedaste prendidos de mis besos…y yo pensé… Será porque habrá probado muchas bocas…y sus labios besados… Y por eso me callé, para que no supieras cuánto me gustaron los tuyos, y te quedaras con las ganas y la duda de cómo y de qué manera besé y besaron…Ni las circunstancias, ni el modo…Si dormida o despierta, desnuda o en la calle vestida y a la liguera fueron esos besos, que a ti tanto te gustaron y a mí me volvieron loca de pasión, que tengo unas ganas de pillarte desprevenido…Ojalá no puedas vivir ni un segundo sin el recuerdo de mis brazos rodeando tu cuello, acercándote a mi boca, a mis labios carnosos y hambrientos, con ganas de comerte poquito a poco, lo mismo que me ocurre a mí, que me duele hasta el aliento de los latidos de aquellos besos martilleándome los cinco sentidos…el cuerpo entero…y hasta más adentro…que me estoy quemando de tanto como te deseo…¡Madre mía qué barbaridad! Es como si mis frases tuvieran ganas de flirtear…Si yo supiera que mis palabras cruzaran fronteras…Si yo supiera que los gritos de mis letras te atrajeran a mi vera…si yo supiera que tú sufres en silencio por besar mi boca y acariciar de nuevo mis caderas…yo te juro por mi vida que no dejaría de escribir, porque si mis palabras vuelan sueltas al ritmo de mis maneras y sentir, es porque alas llevan para besarte en la boca, amarrarte a mi vera y gritarte muy bajito... ¡Qué ganas tenía de ti…! Continuará…