jueves, 28 de enero de 2016

RODRIGO.- (MICRORRELATO) 3º





Rodrigo, que así se llamaba mi pareja actual y virtual, se convirtió en una llamarada de pasión, donde cada noche me imaginaba abrazada a su cuerpo llenando mi boca de besos, esos besos tan ansiados que nunca en mis labios se habían posado…Todas las mañanas me levantaba temprano para asear a mi madre y darle el desayuno…Estaba deseando de encender el portátil para saludar a Rodrigo, pero antes quería mostrarme bella y hermosa, y me pintaba los labios y los ojos un poco, luego me liaba a peinar mi melena larga y ondulada, dejándomela suelta para parecer más joven, pues aunque no era muy guapa, sí que no aparentaba la edad, además que desde que me dijo todos esos piropos, me propuse adelgazar, así que me fui a un endocrino y en menos de lo que canta un gallo perdí unos cuantos kilos…Estaba eufórica de alegría y una tarde me fui a comprar ropa juvenil e informal. Mis amigas no paraban de cuestionarme, pero ni las escuchaba, tan feliz como me encontraba, toda entusiasmada…Era como si una persona diferente se hubiera instalado en mi ser, o puede ser que la confianza que adquirí desde que me dijo guapa, haya hecho de mí otra, una hacedora de milagros. Una vez leí en un libro de auto ayuda, que todos los seres humanos tienen el poder de hacer sus propios milagros, o quizás fueron los piropos de Rodrigo los que despertaron a la mujer dormida que habitaba en mi interior. Sea lo que sea, después de tener a mi madre arregladita, encendía mi portátil y allí que estaba él sentado en su cocina tomando un tazón de café con tostadas. Enseguida le mostraba la mía, y entre los dos en la lejanía de la distancia supimos darle a nuestro hogar algo de aliento, como si estuviéramos sentados en la misma mesa de la cocina…y me sonreía…Teníamos una conversación amena y fluida, tan sólo nos separaba un cristal, que poco a poco se convirtió en nuestra ventana al exterior…Parecíamos marido y mujer…Era muy feliz, así de simple y sencillo…Una mañana de otoño, mi madre no despertó, tenía noventa años…Mis ojos se llenaron de lágrimas y a mi mente llegaron escenas de mi infancia, recordando todas las cosas bonitas que había hecho por mi…Pobre mamá, desde que se fue papa, ya no volviste a ser la misma, no supiste vivir sin él…Gracias a ti me hice profesora en la universidad, y gracias a mi fealdad saqué lo más hermoso que una persona pueda desarrollar dentro de su alma, pues siempre imaginé un mundo multicolor…Madrecita mía, guapa, querida mamá, ahora tendré que aprender a vivir sin ti…me siento bien porque en tus últimos días tu semblante sonreía al oír mis cantares…Y me quedé sola, más sola que nunca…No, no estaba sola…Rodrigo seguía al otro lado…Por las tardes me saludaba con los mellizos cogidos en cada brazo, parecían dos angelitos que nada más verme me saludaban agitando las manitas, y cantando cinco lobitos tiene la loba…Por las noches antes de acostarse me enviaba un beso que yo atrapaba con los ojos cerrados y soplando en mi palma le enviaba otro…Luego soñaba y soñaba…Aquellos días de invierno frente a la ventana de mis ensueños, se convirtieron en los momentos más felices de mi precaria vida emocional, dándole a mi alma el sol de cada mañana, la leña de los atardeceres, y por las noches, mil luces iluminaban mi cabeza como la luna lunera, dejándome mecer bajo un cielo llenito de estrellas por el cometa que vino de lejos... y regó mi cuerpo de besos…Y me levantaba con el pensamiento de tenerlo en mis brazos para decirle…te quiero…y se lo comentaba a mi madre…y me sonreía desde el cielo, pero cuando se lo comentaba a las amigas me decían que estaba tonta y que se me estaba yendo la cabeza, haciéndome dudar de mis facultades mentales, pero luego veía la sonrisa de Rodrigo, y desaparecían todas al instante…Era una sonrisa picarona y llena de encanto, con los ojos azules, peinado hacia atrás, con entradas y canas en las sienes, algo metidito en carne, un poco de barriga, pues ya se sabe, tenía sus años, pero era tan guapo, tan guapo…y cada vez que me sonreía le salían unos hoyuelos tan bonitos e infantil que me hacían suspirar…Una noche nuestras conversaciones empezaron a subir de tono…hasta se excitó un poco…y yo también…Necesito tenerte tesoro…No me lleves por esos terrenos mi amor que me asustan y me dan pavor…Mañana seguiremos hablando…y apagué el ordenador…Apenas pude dormir esa noche y pensé que todo se había acabado para mí…Mis amigas tenían razón, éste era un pervertido que me quería sólo para sus juegos morbosos…Me levanté triste y desanimada...No me atrevía a encender el ordenador…Lo encendí y había un mensaje escrito con un corazón al lado…Te amo y éste verano voy a por ti y nos largamos a las playas del sur de España…Los ojos se me llenaron de lágrimas y lloré riendo a la vez…Fue el momento más feliz que había sentido hasta ahora, no me lo podía ni creer…Rodrigo me prometió que pronto vendría a conocerme…Y empecé a hacerme ilusiones, de tal manera que no podía conciliar el sueño…Tenía miedo que me viera de cerca las arrugas y el cuerpo, pues al adelgazar mis carnes empezaron a flaquear…Estaba tan asustada que quise quitarle las ganas…No sé qué es lo que pasó por mi mente pero me puse a limpiar el polvo de los muebles como una loca, no daba abasto, toda nerviosa perdida de una habitación a otra, me sentaba, me levantaba, bebía agua, abría las ventanas, la puerta de la calle, di tres vueltas a la casa corriendo…Creo que me dio un ataque de nervios…Rodrigo vino con su caravana enganchada en su ranchera blanca…No quería desnudarme…no sabía… y le dije…Mi cuerpo es como un desierto de arena en el Sahara en un día soleado y seco, muy seco…No te preocupes que yo atraparé la tormenta con mi rayo de fuego y te lo regaré con una lluvia de besos…Y me atrajo hacia su boca y me volví toda loca, loca…Al momento se dispararon relámpagos y truenos que atronaron todos mis sentimientos elevándome hacia el cielo…Miles de estrellas aparecieron en mis recuerdos cuando las contaba en mis noches tristes y desveladas…La luna me sonreía con su carita plateada apagando la jovencita triste y apenada…Y antes de amanecer nos bañamos en el mar y juntos retozamos como unos chiquillos, y en ese vaivén de olas, la risa se hizo dueña de mi infancia solitaria, llenándose de alegría como si nunca hubiera existido aquella niña, lo mismo que la chica sentada en una sillita mirando el suelo cuando los chicos la ignoraban, ahora mi cuerpo se balanceaba al ritmo de un tango lento, sintiendo la cercanía del suyo arrimado al mío, dándole la vuelta a todo un pasado hueco y vacío, llenando mi presente de entusiasmo y placer aunque haya sido en la madurez…Vida mía ya me puedo morir tranquila…Y cogiéndome las manos, me abrazó el cuerpo fuerte, fuerte…No tesoro, no…Ahora que te he encontrado no te vayas de mi lado, que tantos años de soledad me han hecho mucho daño…Juntos seguiremos hasta que Dios decida separarnos…Él nos ha cruzado en nuestro destino…Y regresamos a la caravana, nos besamos y dormimos abrazados hasta el amanecer…Fin.

EL MAYOR DE MIS SECRETOS.- (MICRORRELATO) 2ª





Volví al pueblo que me vio nacer a vivir con mis padres que ya eran mayores, pero todavía se las apañaban muy bien, lo peor fue cuando a mi padre le dio un ataque al corazón y Dios lo recogió, de tal manera que nos quedamos las dos solitas. Mis antiguas compañeras del colegio eran abuelas, otras viudas viviendo con sus hijas, y otras casadas que se iban de viaje para arriba y para abajo, menos yo porque tenía que cuidar a mi madre que enfermó de repente y sin reconocerme siquiera, ya que mi único hermano estaba trabajando en Alemania, pues en los años sesenta salieron miles de españoles que emigraron hacia el extranjero, sobre todo gallegos, y muchos no volvieron como en su caso, dejando aquí a su novia, y en una de las navidades que vino a verla, la dejó preñada. En aquella época se decía preñada o en cinta, en una palabra, que se casaron y se fueron deprisa y corriendo para guardar las apariencias, pues aquí en los pueblos pequeños, todo el mundo se conoce y hubiera sido el blanco de miradas y críticas…Me sentía sola, aburrida y muy triste y se me pasaban las horas sentada frente a mi ventana, perdida la mirada en la lejanía…Era como si estuviera esperando algo o alguien que me sacara de ésta lasitud…Dentro de mi alma había un vació tan grande que a veces los suspiros salían de mi pecho pidiendo auxilio…Se me atropellaban los sentimientos a golpes de ansiedad…Pensaba que los años se me pasarían y tan sólo la muerte me llevaría sin pena ni gloria, como si yo no hubiera nacido, ni existido…Llegó la primavera y los días eran tan largos que solicité una sillita de ruedas para mi madre. Todas las tardes la empujaba hasta el parque donde me hice con el grupito de solteronas de toda la vida del pueblo, que aunque no eran tan feas como yo, eran poco guapas, además pertenecían al coro de la iglesia y eran más puritanas y beatas que las mismísimas monjas, pero al menos nos hacíamos compañía y de alguna manera, los días no eran tan solitarios. Llegado el invierno quedábamos en casa de una para tomar café con dulces, y luego nos dedicábamos a jugar al bingo, pero sin dinero, con habichuelas y garbanzos, más o menos como se hacía en el año la nana…Y por eso les cuento…Tenía una depresión de caballo, porque la verdad, me aburría un montón con mis amigas que lo único que hacían era cotillear y hablar de los programas de la tele, esos que se llaman basura, o sea todos esos reality showy, que para ser sincera y con todos mis respetos hacia las personas que lo ven, nunca me han interesado, y por mucho que he querido verlos poniendo mis cinco sentidos en que atraparan mi atención, la cabeza se me iba a otra parte del mundo, más o menos como cuando era pequeña oyendo una hora enterita el sermón del señor cura, que con perdón, era lo más aburrido del mundo. Al final tenía que cambiar de canal o apagar el televisor porque a mí lo único que me gusta es leer o dejar mi cabeza soñar…Y siempre sueño lo mismo…que un hombre me abraza y me besa…y me hace el amor…y mi corazón late de una manera que a veces pienso que me va a dar un patatús…se me desboca como si fuera una chica joven…¡Ay Dios mío de mi vida…! ¡Cómo me gustarías probar un beso nada más en mis labios…! Me conformaría tan sólo con un simple abrazo…Mis amigas me preguntan qué me pasa cuando me oyen suspirar tanto, pues aparte del soplillo de aire que me sale del pecho, también se oye el eco de mis quejidos de lo más profundo de mi hueco clamor…y los ojos me brillan de tanto como reprimo las lágrimas, de vez en cuando una se me resbala y baña mi rostro…y es que siempre tengo unas ganas de llorar…Miles de veces he tratado de desahogarme, de contarle mis penas para saber si a ellas también les ocurre lo mismo, pues he llegado a pensar que estoy loca de remate, porque esto que yo siento en mis carnes no debe ser muy normal, y cuando se los hice saber, me dijeron, que ya estamos muy viejas para esos menesteres, palabras textuales de ellas, y se han reído de mi, y me han calificado de…Lo siento, pero me niego a repetir tales comentarios porque me resulta de lo más violento, pero no se cansan de repetirme que eso de leer tantos libros me ha alocado la mente, y que desde que he vuelto de la capital se me han subido mucho los humos y que me doy aires…Quizás tengan razón porque no creo que mi edad biológica esté acorde con mis sentimientos, pues eso de estar todo el tiempo suspirando de amor es demasiado, así que decidido ir al doctor, el cual me ha dicho que me compre un ordenador, porque es la única manera de que se me quite este amargor del cuerpo...y de repente me encuentro solicitando a la gente para obtener amistad…Y es así como empecé a tener respuesta de casi toda España…Y conocí a Rodrigo un jubilado que vive en el sur de España, un pueblo de Andalucía que enviudó hace más de veinte años, pues nunca se volvió a casar por su trabajo de camionero, y porque tenía que mantener a su hermana soltera que se quedó al cuidado de sus tres hijas adolescentes…y no quiso darle otra madre…Ahora tiene sesenta y siete años y es abuelo de unos mellizos que lo tiene embobado perdido…pero está muy solo…Es mi pareja actual y yo estoy como loca de alegría. Es el que me saluda de noche y de día…y nos vemos las cara y me dice los piropos que se quedaron rezagados en la juventud de mi amarga existencia…Guapa, hermosa y bella…y en mi corazón ha brotado una historia de amor que no sé cómo voy a seguir...me da tanta vergüenza, además mis amigas al verme tan feliz y risueña no paran de preguntarme, pues estoy todo el tiempo canturreando, hasta a mi madre se le ha cambiado el semblante y cuando me oye, me mira…y sonríe…lo mismo que yo que no paro de mirarme al espejo y me veo guapa, guapa…debe ser verdad eso de que el estado emocional te cambia la cara, o es posible que sea mi alma…El caso, es que de repente me siento una mujer segura y sin temores, y aunque no me atrevía a revelar el mayor de mis secretos...temía sus reacciones...además pensaba que estaba cometiendo un pecado, el peor de los pecados que una mujer de mi edad pueda cometer, pero ante tanta insistencia, al final les dije que tenía un amigo y que todas las noches chateamos…Y por eso están que trinan y no paran de decirme que éste es un pervertido sexual, que lo único que quiere es aprovecharse de mi ignorancia y de mi debilidad…Continuará…

HASTA QUE LO CONOCÍ.- (MICRORRELATO) 1ª




¡Ay Dios mío! Dime que esto que me está pasando no es un sueño, dime que éste amor tan grande que siento es sincero y verdadero…Me desborda el alma y se me arrebola el pensamiento…hasta siento saltar el corazón en el pecho cada vez que me despierto y leo sus palabras…buenos días cielo…y buenas noches cuando me acuesto…Y es que si yo os contara el calvario que he vivido durante tantos años… ¿quién sabe? Quizás mañana me dedique a relatar toda la odisea, pues es la aventura más extravagante que se pueda una imaginar, pero que tarde o temprano la tendré que contar…Nací hace setenta y un años en un pueblo de Galicia donde los valles y los montes era todo lo que tenía a vista…Era el paisaje más hermoso del mundo y para mí la alegría de mi vida ir a bañarme en el río aquél que atravesaba los valles con la gracia de los cañaverales…Mi niñez pasó desapercibida por mi vida como si fuera un perrillo a expensas de que su amo lo sacara a pasear por los prados, pues era tan tímida y cortita que no me atrevía a abrir la boca, sobre todo en la escuela, donde todas las niñas me daban de lado por lista y por fea…Era muy empollona, pero fea, muy fea, además tampoco es que me acompañara el cuerpo, algo recto, más bien era como un tronco, sin formas…y gordita...hasta que llegué a la pubertad y me di cuenta de que en el baile de los domingos ningún muchacho me sacaba a bailar…Me quedaba sentadita con la mirada baja, solita y muy triste, así que decidí estudiar magisterio, pues mis padres se empeñaron de que me iba a quedar soltera…por fea…Ellos no me lo decían, pero yo lo sabía y lo tenía más que asumido, sobre todo cuando vi que a todas las chicas le salían novios y se casaban de blanco, y vírgenes…como sigo yo aún…y a mis años…Nunca he tenido novio, ni siquiera un pretendiente, nadie ha cogido mi mano ni para ayudarme a subir al tren o al autobús…No sé lo que es beso de hombre en mis labios, ni caricias en mi pecho, ni en mi cuerpo…Una vez un muchacho me siguió desde mi casa hasta la plaza del pueblo, y yo creyendo que era por mí, resulta que había hecho una apuesta con unos cuantos para decirme lo fea que era delante de los amigos, tan sólo para reírse de mí…Y lo consiguió, él y sus amigos que se carcajearon cuando me vieron correr, pero no lloré hasta que llegué a mi casa que me encerré en el cuarto, y me hinché de llorar en silencio…Me desnudé y me miré al espejo y me pareció verme más delgada, pero fea... Luego les dije a mis padres que me iba a presentar a unas oposiciones porque necesitaban plazas en el centro de la capital…En La Coruña…Y por eso les cuento…Estuve buscando piso de alquiler, y al final encontré uno a las afueras de la ciudad, el cual he compartido con una chica más fea que yo, más gruesa y para colmo no le gustaban los hombres, o sea que era lesbiana…y eso sí, se acostaba con ellas porque me lo contaba…y me daba una vergüenza…Así que decidí cambiarme a otro dos calles más lejos, pero me daba igual porque a veces tenía miedo de que una noche se le ocurriera meterse en la cama, y la curiosidad por el sexo me hiciera caer en un mundo que no quisiera ni pensar porque a mí realmente me gustaban los hombres…y mucho…Siempre me fijaba en los más guapos, ¡qué cosas por Dios! Hasta tenía unas fantasías eróticas que si me pusiera a describirla saltarían las chispas por las redes sociales y sería el blanco de todo el mundo…He pasado más de media vida suspirando de amor e imaginando escenas dentro de mi cabeza de lo más variopinta y llenas de pasiones ocultas y secretas, que por fea nunca llevé a cabo con hombres físicamente, pero había noches tan intensas y ardientes que mis manos se disparaban como alma que lleva el diablo…Menos mal que todos los domingos me confesaba y comulgaba y como si nada, pues me educaron a la antigua usanza y eso que yo hacía era muy feo además de pecado mortal…He vivido toda mi juventud y madurez siendo esclava de mi educación y de mi fealdad, y por eso he sufrido y he padecido el calvario más grande que un ser humano se pueda imaginar, pues entre humillaciones e insultos, apenas he salido a la calle y me tiraba encerrada todos los fines de semana en casa atiborrándome de dulces, por lo que estaba cada vez más gorda y deformada. El caso es que me jubilé, así que al estar ya liberada de obligaciones, hice mi maleta y para el pueblo de nuevo…Necesito cariño, tengo mucha falta de compañía, pues en la soledad de mis noches, el silencio se hace eco de mi voz y hasta me duelen los oídos de la mudez de mis suspiros...No hablo con nadie para compartir mis penas y mis inquietudes, que a veces me asaltan rompiendo a llorar desconsoladamente...Estoy muy triste, nadie me quiere…Necesito besos y abrazos de hombre que me apriete y me haga sentir la pasión hasta gritar de placer, pues mi cuerpo está reclamando un poco de amor, y es tan grande la tristeza que me embarga, que en éstos momentos de mi vida tan sólo quisiera morir...Hasta que lo conocí a través de Internet...
Continuará…


domingo, 24 de enero de 2016

LLENÓ MI VIDA CON SU ALIENTO.- (MICRORRELATO)



Me prometiste el cielo y vivo en el mismísimo infierno…Me susurraste en el oído te quiero y no te veo…Me dijiste por ti muero y no vivo desde aquél mismo día que te entregué mi cuerpo…Me llenaste la cabeza de fantasías de esto y lo otro, que si me parara a describir, jamás acabaría, porque mira que eres embustero y mentiroso, ¡eh! que me has metido cada trola…y yo toda ahí loquita como estaba por ti…Te veía tan guapo, tan esbelto, con ese porte de elegancia…y esa mirada ardiente que cada vez que pasaba por tu lado me desnudaba de una manera que a mí me volvía loca, loca… Me exprimiste la mente y empecé a hablar y pensar como tú, como si me hubieras robado el alma…Cada vez me decías algo diferente, que si era la mujer de tu vida, que si tu media naranja…Que si no dormías ni de noche ni de día, que si me amabas, que si me necesitabas…Y yo tontita contigo, con la boca abierta, escuchando mil promesas de amor… ¡Cuántos juramentos aquella mañana de invierno! Y mientras me besabas la boca me arrimabas a tu cuerpo…hasta que te entregué el mío, todo enardecido de loca pasión…y me hiciste tuya, tuya…haciéndome la mujer más feliz del mundo, ¡qué ignorante e inocente...! Porque te pillé ¿sabes? Te pillé mirando a otra mujer, y en tus ojos vi la misma chispa ardiente que pusiste en mí…y luego te pillé por los lugares que ella solía ir, hasta te pillé una mañana rondándola…y más tarde hablando los dos solos muy cerquita vuestros rostros que parecía que le ibas a comer los morros…Había una oleada de complicidad entre tu mirada y la sonrisa de ella…Luego vi cómo le pasabas la mano por los hombros…y se me cayó el mundo encima…Y salí corriendo, corriendo, calle abajo, con los ojos inundados de lágrimas, apenas veía nada, tropezándome con la gente…reprimiendo los gritos para que no me oyera nadie, pero cuando llegué a un lugar solitario deje salir los alaridos que tenía apelotonados en mi pecho, y atravesaron mi garganta como si fueran trocitos de cristales rompiéndome las cuerdas vocales…Salieron como gotas de sangre…Me quedé toda la mañana llorando hasta que se me acabaron los suspiros que poco a poco quedaron despojados de aire y tan rotos, que apenas eran soplidos, casi pompas de jabón que estallaban al salir de mí…Me vacié entera, miré al cielo y me dije, ¡éste se va a enterar de lo que vale ésta mujer! Y al otro día como si nada, como si todo hubiera sido un mal sueño, una pesadilla mía…Eres muy celosa y posesiva…Eso era lo que siempre me decía…Tenía la prueba con pelos y señales y no desperdicié ni un instante en contarle con todo detalle…Ni me miraste, ni me diste una explicación…y me abandonaste…y me quedé triste…y sola…y con el corazón seco… Y después de tantas ausencias, ahora vienes a verme y ya no siento nada de nada, ¡qué cosas más raras me pasan por Dios! Me arrojaste de tu vida y ahora me buscas sin medida…Lo siento, pero no puedo volver, hay algo dentro de mí que me lo impide…la duda se instaló en mi mente y ya no puedo estar contigo más…Debe ser que me acostumbré a vivir sin ti,  sin tus besos mañaneros, sin tus fogosos apretones…Me acomodé a tu olvido tal vez, y es que me desencanté y me encuentro en un estado lúdico y fantástico…Y ahora resulta que me he enamorado de nuevo de un hombre de lo más normalito del mundo, pero es tan atractivo su estilo, tiene una actitud ante la vida tan emocionante, con un aire de libertad en sus maneras y hablar…y un talante de humildad, un humor, todo risueño y jovial que me ha llegado a enamorar de una manera casi extrasensorial…Fueron tan sólo dos palabras las que llenaron mi vida de esperanza…Pienso en ti…lo mismo que yo vida mía, que no puedo olvidarte…Dime que lo has pensado bien y quieres seguir conmigo…de cualquier manera…y caminando a golpes de latidos…y con los cinco sentidos…Deben ser cosas de mi estado de paz, porque antes ni los veía pasar y fíjate lo que me ha cambiado el pensar, o quizás sea el sentir de los que yo llamo duendecillos traviesos, esos poderes que tenemos todas las mujeres cuando sufrimos algún desengaño amoroso como el que yo padecí, ¡ay madre mía de mi vida, qué contenta estoy! ¡Y qué alegría tan grande! Es como si dentro de mi cuerpo o mente esté a mil revoluciones y me brota una sensación mágica y poderosa de tal manera que me dan ganas de reír toda la mañana, de cantar, de bailar…quizás unos de esos espíritus errantes que pulula por ahí se haya instalado dentro de mí, no lo sé, pero es fantástica ésta manera de querer, porque me siento tan llena…Llena de vida, y con una sensación dentro de mi alma, como si acabara de renacer, y es que me acostumbré a tu olvido y ya no me late el corazón en el pecho, será porque ya no te quiero…Ya no te quiero como antes que no podía vivir ni un momento sin verte, me ahogaba, sin ganas de comer, ni vivir quería, me daba igual todo, nada tenía sentido para mí, ni siquiera tenía ilusiones, en cambio ahora me siento tan viva y con tantas ganas de hacer cosas bellas…y es que me enamoré de nuevo de uno tío muy echado para adelante que me sonrió el entrecejo que tenía ceñudo desbaratado…y regó mi cuerpo con sus besos…y con su aliento…Me levanto con unas energías que es como si Dios me hubiera tocado con la varita mágica y salgo brincando por la calle con el pensamiento, porque si lo hiciera físicamente la gente diría alto y claro…¡Pero dónde va esa tía loca…! Y con razón, porque yo no llevo un cartel en las espaldas ni en el pecho que diga… ¡Gracias Señor mío por llenar mi vida de fantasías! Y es que hay uno por ahí que me gusta, que me atrae y ¿quién sabe…? Quizás le dé un par de besos, y si te he visto no me acuerdo…no sé…depende de lo que me pida el cuerpo, pero…si no quiero perder mucho el tiempo, me lo camelo al momento…y lo arrastro hasta mi valle…Y me sonrió con picardía cuando le dije…Vamos a jugar a los médicos…y me auscultó el pecho con la yema de los dedos, me dio la vuelta para acariciarme entera, me acarició el cuerpo con el terciopelo de sus besos… y llenó mi vida con su aliento…