Rodrigo, que así se llamaba mi pareja actual y virtual, se convirtió en una
llamarada de pasión, donde cada noche me imaginaba abrazada a su cuerpo
llenando mi boca de besos, esos besos tan ansiados que nunca en mis labios se
habían posado…Todas las mañanas me levantaba temprano para asear a mi madre y
darle el desayuno…Estaba deseando de encender el portátil para saludar a
Rodrigo, pero antes quería mostrarme bella y hermosa, y me pintaba los labios y
los ojos un poco, luego me liaba a peinar mi melena larga y ondulada,
dejándomela suelta para parecer más joven, pues aunque no era muy guapa, sí que
no aparentaba la edad, además que desde que me dijo todos esos piropos, me
propuse adelgazar, así que me fui a un endocrino y en menos de lo que canta un
gallo perdí unos cuantos kilos…Estaba eufórica de alegría y una tarde me fui a
comprar ropa juvenil e informal. Mis amigas no paraban de cuestionarme, pero ni
las escuchaba, tan feliz como me encontraba, toda entusiasmada…Era como si una
persona diferente se hubiera instalado en mi ser, o puede ser que la confianza
que adquirí desde que me dijo guapa, haya hecho de mí otra, una hacedora de
milagros. Una vez leí en un libro de auto ayuda, que todos los seres humanos
tienen el poder de hacer sus propios milagros, o quizás fueron los piropos de
Rodrigo los que despertaron a la mujer dormida que habitaba en mi interior. Sea
lo que sea, después de tener a mi madre arregladita, encendía mi portátil y
allí que estaba él sentado en su cocina tomando un tazón de café con tostadas.
Enseguida le mostraba la mía, y entre los dos en la lejanía de la distancia
supimos darle a nuestro hogar algo de aliento, como si estuviéramos sentados en
la misma mesa de la cocina…y me sonreía…Teníamos una conversación amena y
fluida, tan sólo nos separaba un cristal, que poco a poco se convirtió en
nuestra ventana al exterior…Parecíamos marido y mujer…Era muy feliz, así de
simple y sencillo…Una mañana de otoño, mi madre no despertó, tenía noventa
años…Mis ojos se llenaron de lágrimas y a mi mente llegaron escenas de mi
infancia, recordando todas las cosas bonitas que había hecho por mi…Pobre mamá,
desde que se fue papa, ya no volviste a ser la misma, no supiste vivir sin
él…Gracias a ti me hice profesora en la universidad, y gracias a mi fealdad
saqué lo más hermoso que una persona pueda desarrollar dentro de su alma, pues
siempre imaginé un mundo multicolor…Madrecita mía, guapa, querida mamá, ahora
tendré que aprender a vivir sin ti…me siento bien porque en tus últimos días tu
semblante sonreía al oír mis cantares…Y me quedé sola, más sola que nunca…No,
no estaba sola…Rodrigo seguía al otro lado…Por las tardes me saludaba con los
mellizos cogidos en cada brazo, parecían dos angelitos que nada más verme me
saludaban agitando las manitas, y cantando cinco lobitos tiene la loba…Por las
noches antes de acostarse me enviaba un beso que yo atrapaba con los ojos
cerrados y soplando en mi palma le enviaba otro…Luego soñaba y soñaba…Aquellos
días de invierno frente a la ventana de mis ensueños, se convirtieron en los
momentos más felices de mi precaria vida emocional, dándole a mi alma el sol de
cada mañana, la leña de los atardeceres, y por las noches, mil luces iluminaban
mi cabeza como la luna lunera, dejándome mecer bajo un cielo llenito de
estrellas por el cometa que vino de lejos... y regó mi cuerpo de besos…Y me
levantaba con el pensamiento de tenerlo en mis brazos para decirle…te quiero…y
se lo comentaba a mi madre…y me sonreía desde el cielo, pero cuando se lo
comentaba a las amigas me decían que estaba tonta y que se me estaba yendo la
cabeza, haciéndome dudar de mis facultades mentales, pero luego veía la sonrisa
de Rodrigo, y desaparecían todas al instante…Era una sonrisa picarona y llena
de encanto, con los ojos azules, peinado hacia atrás, con entradas y canas en
las sienes, algo metidito en carne, un poco de barriga, pues ya se sabe, tenía
sus años, pero era tan guapo, tan guapo…y cada vez que me sonreía le salían
unos hoyuelos tan bonitos e infantil que me hacían suspirar…Una noche nuestras
conversaciones empezaron a subir de tono…hasta se excitó un poco…y yo
también…Necesito tenerte tesoro…No me lleves por esos terrenos mi amor que me
asustan y me dan pavor…Mañana seguiremos hablando…y apagué el ordenador…Apenas
pude dormir esa noche y pensé que todo se había acabado para mí…Mis amigas
tenían razón, éste era un pervertido que me quería sólo para sus juegos
morbosos…Me levanté triste y desanimada...No me atrevía a encender el
ordenador…Lo encendí y había un mensaje escrito con un corazón al lado…Te amo y
éste verano voy a por ti y nos largamos a las playas del sur de España…Los ojos
se me llenaron de lágrimas y lloré riendo a la vez…Fue el momento más feliz que
había sentido hasta ahora, no me lo podía ni creer…Rodrigo me prometió que
pronto vendría a conocerme…Y empecé a hacerme ilusiones, de tal manera que no
podía conciliar el sueño…Tenía miedo que me viera de cerca las arrugas y el
cuerpo, pues al adelgazar mis carnes empezaron a flaquear…Estaba tan asustada
que quise quitarle las ganas…No sé qué es lo que pasó por mi mente pero me puse
a limpiar el polvo de los muebles como una loca, no daba abasto, toda nerviosa
perdida de una habitación a otra, me sentaba, me levantaba, bebía agua, abría
las ventanas, la puerta de la calle, di tres vueltas a la casa corriendo…Creo
que me dio un ataque de nervios…Rodrigo vino con su caravana enganchada en su
ranchera blanca…No quería desnudarme…no sabía… y le dije…Mi cuerpo es como un
desierto de arena en el Sahara en un día soleado y seco, muy seco…No te
preocupes que yo atraparé la tormenta con mi rayo de fuego y te lo regaré con
una lluvia de besos…Y me atrajo hacia su boca y me volví toda loca, loca…Al
momento se dispararon relámpagos y truenos que atronaron todos mis sentimientos
elevándome hacia el cielo…Miles de estrellas aparecieron en mis recuerdos
cuando las contaba en mis noches tristes y desveladas…La luna me sonreía con su
carita plateada apagando la jovencita triste y apenada…Y antes de amanecer nos
bañamos en el mar y juntos retozamos como unos chiquillos, y en ese vaivén de
olas, la risa se hizo dueña de mi infancia solitaria, llenándose de alegría
como si nunca hubiera existido aquella niña, lo mismo que la chica sentada en
una sillita mirando el suelo cuando los chicos la ignoraban, ahora mi cuerpo se
balanceaba al ritmo de un tango lento, sintiendo la cercanía del suyo arrimado
al mío, dándole la vuelta a todo un pasado hueco y vacío, llenando mi presente
de entusiasmo y placer aunque haya sido en la madurez…Vida mía ya me puedo
morir tranquila…Y cogiéndome las manos, me abrazó el cuerpo fuerte, fuerte…No
tesoro, no…Ahora que te he encontrado no te vayas de mi lado, que tantos años
de soledad me han hecho mucho daño…Juntos seguiremos hasta que Dios decida
separarnos…Él nos ha cruzado en nuestro destino…Y regresamos a la caravana, nos
besamos y dormimos abrazados hasta el amanecer…Fin.
jueves, 28 de enero de 2016
EL MAYOR DE MIS SECRETOS.- (MICRORRELATO) 2ª
Volví al pueblo que me vio nacer a
vivir con mis padres que ya eran mayores, pero todavía se las apañaban muy
bien, lo peor fue cuando a mi padre le dio un ataque al corazón y Dios lo
recogió, de tal manera que nos quedamos las dos solitas. Mis antiguas
compañeras del colegio eran abuelas, otras viudas viviendo con sus hijas, y
otras casadas que se iban de viaje para arriba y para abajo, menos yo porque
tenía que cuidar a mi madre que enfermó de repente y sin reconocerme siquiera,
ya que mi único hermano estaba trabajando en Alemania, pues en los años sesenta
salieron miles de españoles que emigraron hacia el extranjero, sobre todo
gallegos, y muchos no volvieron como en su caso, dejando aquí a su novia, y en
una de las navidades que vino a verla, la dejó preñada. En aquella época se
decía preñada o en cinta, en una palabra, que se casaron y se fueron deprisa y
corriendo para guardar las apariencias, pues aquí en los pueblos pequeños, todo
el mundo se conoce y hubiera sido el blanco de miradas y críticas…Me sentía
sola, aburrida y muy triste y se me pasaban las horas sentada frente a mi
ventana, perdida la mirada en la lejanía…Era como si estuviera esperando algo o
alguien que me sacara de ésta lasitud…Dentro de mi alma había un vació tan
grande que a veces los suspiros salían de mi pecho pidiendo auxilio…Se me
atropellaban los sentimientos a golpes de ansiedad…Pensaba que los años se me
pasarían y tan sólo la muerte me llevaría sin pena ni gloria, como si yo no
hubiera nacido, ni existido…Llegó la primavera y los días eran tan largos que
solicité una sillita de ruedas para mi madre. Todas las tardes la empujaba
hasta el parque donde me hice con el grupito de solteronas de toda la vida del
pueblo, que aunque no eran tan feas como yo, eran poco guapas, además
pertenecían al coro de la iglesia y eran más puritanas y beatas que las
mismísimas monjas, pero al menos nos hacíamos compañía y de alguna manera, los
días no eran tan solitarios. Llegado el invierno quedábamos en casa de una para
tomar café con dulces, y luego nos dedicábamos a jugar al bingo, pero sin
dinero, con habichuelas y garbanzos, más o menos como se hacía en el año la
nana…Y por eso les cuento…Tenía una depresión de caballo, porque la verdad, me
aburría un montón con mis amigas que lo único que hacían era cotillear y hablar
de los programas de la tele, esos que se llaman basura, o sea todos esos
reality showy, que para ser sincera y con todos mis respetos hacia las personas
que lo ven, nunca me han interesado, y por mucho que he querido verlos poniendo
mis cinco sentidos en que atraparan mi atención, la cabeza se me iba a otra
parte del mundo, más o menos como cuando era pequeña oyendo una hora enterita
el sermón del señor cura, que con perdón, era lo más aburrido del mundo. Al
final tenía que cambiar de canal o apagar el televisor porque a mí lo único que
me gusta es leer o dejar mi cabeza soñar…Y siempre sueño lo mismo…que un hombre
me abraza y me besa…y me hace el amor…y mi corazón late de una manera que a
veces pienso que me va a dar un patatús…se me desboca como si fuera una chica
joven…¡Ay Dios mío de mi vida…! ¡Cómo me gustarías probar un beso nada más en
mis labios…! Me conformaría tan sólo con un simple abrazo…Mis amigas me
preguntan qué me pasa cuando me oyen suspirar tanto, pues aparte del soplillo
de aire que me sale del pecho, también se oye el eco de mis quejidos de lo más
profundo de mi hueco clamor…y los ojos me brillan de tanto como reprimo las
lágrimas, de vez en cuando una se me resbala y baña mi rostro…y es que siempre
tengo unas ganas de llorar…Miles de veces he tratado de desahogarme, de
contarle mis penas para saber si a ellas también les ocurre lo mismo, pues he
llegado a pensar que estoy loca de remate, porque esto que yo siento en mis
carnes no debe ser muy normal, y cuando se los hice saber, me dijeron, que ya
estamos muy viejas para esos menesteres, palabras textuales de ellas, y se han
reído de mi, y me han calificado de…Lo siento, pero me niego a repetir tales
comentarios porque me resulta de lo más violento, pero no se cansan de
repetirme que eso de leer tantos libros me ha alocado la mente, y que desde que
he vuelto de la capital se me han subido mucho los humos y que me doy
aires…Quizás tengan razón porque no creo que mi edad biológica esté acorde con
mis sentimientos, pues eso de estar todo el tiempo suspirando de amor es
demasiado, así que decidido ir al doctor, el cual me ha dicho que me compre un
ordenador, porque es la única manera de que se me quite este amargor del
cuerpo...y de repente me encuentro solicitando a la gente para obtener
amistad…Y es así como empecé a tener respuesta de casi toda España…Y conocí a
Rodrigo un jubilado que vive en el sur de España, un pueblo de Andalucía que
enviudó hace más de veinte años, pues nunca se volvió a casar por su trabajo de
camionero, y porque tenía que mantener a su hermana soltera que se quedó al
cuidado de sus tres hijas adolescentes…y no quiso darle otra madre…Ahora tiene
sesenta y siete años y es abuelo de unos mellizos que lo tiene embobado
perdido…pero está muy solo…Es mi pareja actual y yo estoy como loca de alegría.
Es el que me saluda de noche y de día…y nos vemos las cara y me dice los
piropos que se quedaron rezagados en la juventud de mi amarga existencia…Guapa,
hermosa y bella…y en mi corazón ha brotado una historia de amor que no sé cómo
voy a seguir...me da tanta vergüenza, además mis amigas al verme tan feliz y
risueña no paran de preguntarme, pues estoy todo el tiempo canturreando, hasta
a mi madre se le ha cambiado el semblante y cuando me oye, me mira…y sonríe…lo
mismo que yo que no paro de mirarme al espejo y me veo guapa, guapa…debe ser
verdad eso de que el estado emocional te cambia la cara, o es posible que sea
mi alma…El caso, es que de repente me siento una mujer segura y sin temores, y
aunque no me atrevía a revelar el mayor de mis secretos...temía sus
reacciones...además pensaba que estaba cometiendo un pecado, el peor de los
pecados que una mujer de mi edad pueda cometer, pero ante tanta insistencia, al
final les dije que tenía un amigo y que todas las noches chateamos…Y por eso
están que trinan y no paran de decirme que éste es un pervertido sexual, que lo
único que quiere es aprovecharse de mi ignorancia y de mi debilidad…Continuará…
HASTA QUE LO CONOCÍ.- (MICRORRELATO) 1ª
¡Ay Dios mío! Dime que esto que me está pasando no es un
sueño, dime que éste amor tan grande que siento es sincero y verdadero…Me
desborda el alma y se me arrebola el pensamiento…hasta siento saltar el corazón
en el pecho cada vez que me despierto y leo sus palabras…buenos días cielo…y
buenas noches cuando me acuesto…Y es que si yo os contara el calvario que he
vivido durante tantos años… ¿quién sabe? Quizás mañana me dedique a relatar
toda la odisea, pues es la aventura más extravagante que se pueda una imaginar,
pero que tarde o temprano la tendré que contar…Nací hace setenta y un años en
un pueblo de Galicia donde los valles y los montes era todo lo que tenía a
vista…Era el paisaje más hermoso del mundo y para mí la alegría de mi vida ir a
bañarme en el río aquél que atravesaba los valles con la gracia de los
cañaverales…Mi niñez pasó desapercibida por mi vida como si fuera un perrillo a
expensas de que su amo lo sacara a pasear por los prados, pues era tan tímida y
cortita que no me atrevía a abrir la boca, sobre todo en la escuela, donde
todas las niñas me daban de lado por lista y por fea…Era muy empollona, pero
fea, muy fea, además tampoco es que me acompañara el cuerpo, algo recto, más
bien era como un tronco, sin formas…y gordita...hasta que llegué a la pubertad
y me di cuenta de que en el baile de los domingos ningún muchacho me sacaba a
bailar…Me quedaba sentadita con la mirada baja, solita y muy triste, así que
decidí estudiar magisterio, pues mis padres se empeñaron de que me iba a quedar
soltera…por fea…Ellos no me lo decían, pero yo lo sabía y lo tenía más que
asumido, sobre todo cuando vi que a todas las chicas le salían novios y se
casaban de blanco, y vírgenes…como sigo yo aún…y a mis años…Nunca he tenido
novio, ni siquiera un pretendiente, nadie ha cogido mi mano ni para ayudarme a
subir al tren o al autobús…No sé lo que es beso de hombre en mis labios, ni
caricias en mi pecho, ni en mi cuerpo…Una vez un muchacho me siguió desde mi
casa hasta la plaza del pueblo, y yo creyendo que era por mí, resulta que había
hecho una apuesta con unos cuantos para decirme lo fea que era delante de los
amigos, tan sólo para reírse de mí…Y lo consiguió, él y sus amigos que se
carcajearon cuando me vieron correr, pero no lloré hasta que llegué a mi casa que
me encerré en el cuarto, y me hinché de llorar en silencio…Me desnudé y me miré
al espejo y me pareció verme más delgada, pero fea... Luego les dije a mis
padres que me iba a presentar a unas oposiciones porque necesitaban plazas en
el centro de la capital…En La Coruña…Y por eso les cuento…Estuve buscando piso
de alquiler, y al final encontré uno a las afueras de la ciudad, el cual he
compartido con una chica más fea que yo, más gruesa y para colmo no le gustaban
los hombres, o sea que era lesbiana…y eso sí, se acostaba con ellas porque me
lo contaba…y me daba una vergüenza…Así que decidí cambiarme a otro dos calles
más lejos, pero me daba igual porque a veces tenía miedo de que una noche se le
ocurriera meterse en la cama, y la curiosidad por el sexo me hiciera caer en un
mundo que no quisiera ni pensar porque a mí realmente me gustaban los hombres…y
mucho…Siempre me fijaba en los más guapos, ¡qué cosas por Dios! Hasta tenía
unas fantasías eróticas que si me pusiera a describirla saltarían las chispas por
las redes sociales y sería el blanco de todo el mundo…He pasado más de media
vida suspirando de amor e imaginando escenas dentro de mi cabeza de lo más
variopinta y llenas de pasiones ocultas y secretas, que por fea nunca llevé a
cabo con hombres físicamente, pero había noches tan intensas y ardientes que
mis manos se disparaban como alma que lleva el diablo…Menos mal que todos los
domingos me confesaba y comulgaba y como si nada, pues me educaron a la antigua
usanza y eso que yo hacía era muy feo además de pecado mortal…He vivido toda mi
juventud y madurez siendo esclava de mi educación y de mi fealdad, y por eso he
sufrido y he padecido el calvario más grande que un ser humano se pueda
imaginar, pues entre humillaciones e insultos, apenas he salido a la calle y me
tiraba encerrada todos los fines de semana en casa atiborrándome de dulces, por
lo que estaba cada vez más gorda y deformada. El caso es que me jubilé, así que
al estar ya liberada de obligaciones, hice mi maleta y para el pueblo de
nuevo…Necesito cariño, tengo mucha falta de compañía, pues en la soledad de mis
noches, el silencio se hace eco de mi voz y hasta me duelen los oídos de la
mudez de mis suspiros...No hablo con nadie para compartir mis penas y mis
inquietudes, que a veces me asaltan rompiendo a llorar
desconsoladamente...Estoy muy triste, nadie me quiere…Necesito besos y abrazos
de hombre que me apriete y me haga sentir la pasión hasta gritar de placer,
pues mi cuerpo está reclamando un poco de amor, y es tan grande la tristeza que
me embarga, que en éstos momentos de mi vida tan sólo quisiera morir...Hasta
que lo conocí a través de Internet...
Continuará…
Continuará…
domingo, 24 de enero de 2016
LLENÓ MI VIDA CON SU ALIENTO.- (MICRORRELATO)
Me prometiste el cielo y
vivo en el mismísimo infierno…Me susurraste en el oído te quiero y no te veo…Me
dijiste por ti muero y no vivo desde aquél mismo día que te entregué mi cuerpo…Me
llenaste la cabeza de fantasías de esto y lo otro, que si me parara a
describir, jamás acabaría, porque mira que eres embustero y mentiroso, ¡eh! que
me has metido cada trola…y yo toda ahí loquita como estaba por ti…Te veía tan
guapo, tan esbelto, con ese porte de elegancia…y esa mirada ardiente que cada
vez que pasaba por tu lado me desnudaba de una manera que a mí me volvía loca,
loca… Me exprimiste la mente y empecé a hablar y pensar como tú, como si me
hubieras robado el alma…Cada vez me decías algo diferente, que si era la mujer
de tu vida, que si tu media naranja…Que si no dormías ni de noche ni de día, que
si me amabas, que si me necesitabas…Y yo tontita contigo, con la boca abierta,
escuchando mil promesas de amor… ¡Cuántos juramentos aquella mañana de
invierno! Y mientras me besabas la boca me arrimabas a tu cuerpo…hasta que te
entregué el mío, todo enardecido de loca pasión…y me hiciste tuya,
tuya…haciéndome la mujer más feliz del mundo, ¡qué ignorante e inocente...!
Porque te pillé ¿sabes? Te pillé mirando a otra mujer, y en tus ojos vi la
misma chispa ardiente que pusiste en mí…y luego te pillé por los lugares que
ella solía ir, hasta te pillé una mañana rondándola…y más tarde hablando los
dos solos muy cerquita vuestros rostros que parecía que le ibas a comer los morros…Había
una oleada de complicidad entre tu mirada y la sonrisa de ella…Luego vi cómo le
pasabas la mano por los hombros…y se me cayó el mundo encima…Y salí corriendo,
corriendo, calle abajo, con los ojos inundados de lágrimas, apenas veía nada,
tropezándome con la gente…reprimiendo los gritos para que no me oyera nadie,
pero cuando llegué a un lugar solitario deje salir los alaridos que tenía
apelotonados en mi pecho, y atravesaron mi garganta como si fueran trocitos de
cristales rompiéndome las cuerdas vocales…Salieron como gotas de sangre…Me
quedé toda la mañana llorando hasta que se me acabaron los suspiros que poco a
poco quedaron despojados de aire y tan rotos, que apenas eran soplidos, casi
pompas de jabón que estallaban al salir de mí…Me vacié entera, miré al cielo y
me dije, ¡éste se va a enterar de lo que vale ésta mujer! Y al otro día como si
nada, como si todo hubiera sido un mal sueño, una pesadilla mía…Eres muy celosa
y posesiva…Eso era lo que siempre me decía…Tenía la prueba con pelos y señales
y no desperdicié ni un instante en contarle con todo detalle…Ni me miraste, ni
me diste una explicación…y me abandonaste…y me quedé triste…y sola…y con el
corazón seco… Y después de tantas ausencias, ahora vienes a verme y ya no
siento nada de nada, ¡qué cosas más raras me pasan por Dios! Me arrojaste de tu
vida y ahora me buscas sin medida…Lo siento, pero no puedo volver, hay algo
dentro de mí que me lo impide…la duda se instaló en mi mente y ya no puedo
estar contigo más…Debe ser que me acostumbré a vivir sin ti, sin tus besos mañaneros, sin tus fogosos
apretones…Me acomodé a tu olvido tal vez, y es que me desencanté y me encuentro
en un estado lúdico y fantástico…Y ahora resulta que me he enamorado de nuevo
de un hombre de lo más normalito del mundo, pero es tan atractivo su estilo,
tiene una actitud ante la vida tan emocionante, con un aire de libertad en sus
maneras y hablar…y un talante de humildad, un humor, todo risueño y jovial que
me ha llegado a enamorar de una manera casi extrasensorial…Fueron tan sólo dos
palabras las que llenaron mi vida de esperanza…Pienso en ti…lo mismo que yo
vida mía, que no puedo olvidarte…Dime que lo has pensado bien y quieres seguir
conmigo…de cualquier manera…y caminando a golpes de latidos…y con los cinco
sentidos…Deben ser cosas de mi estado de paz, porque antes ni los veía pasar y
fíjate lo que me ha cambiado el pensar, o quizás sea el sentir de los que yo
llamo duendecillos traviesos, esos poderes que tenemos todas las mujeres cuando
sufrimos algún desengaño amoroso como el que yo padecí, ¡ay madre mía de mi
vida, qué contenta estoy! ¡Y qué alegría tan grande! Es como si dentro de mi
cuerpo o mente esté a mil revoluciones y me brota una sensación mágica y
poderosa de tal manera que me dan ganas de reír toda la mañana, de cantar, de
bailar…quizás unos de esos espíritus errantes que pulula por ahí se haya
instalado dentro de mí, no lo sé, pero es fantástica ésta manera de querer,
porque me siento tan llena…Llena de vida, y con una sensación dentro de mi
alma, como si acabara de renacer, y es que me acostumbré a tu olvido y ya no me
late el corazón en el pecho, será porque ya no te quiero…Ya no te quiero como
antes que no podía vivir ni un momento sin verte, me ahogaba, sin ganas de
comer, ni vivir quería, me daba igual todo, nada tenía sentido para mí, ni
siquiera tenía ilusiones, en cambio ahora me siento tan viva y con tantas ganas
de hacer cosas bellas…y es que me enamoré de nuevo de uno tío muy echado para
adelante que me sonrió el entrecejo que tenía ceñudo desbaratado…y regó mi
cuerpo con sus besos…y con su aliento…Me levanto con unas energías que es como
si Dios me hubiera tocado con la varita mágica y salgo brincando por la calle
con el pensamiento, porque si lo hiciera físicamente la gente diría alto y
claro…¡Pero dónde va esa tía loca…! Y con razón, porque yo no llevo un cartel
en las espaldas ni en el pecho que diga… ¡Gracias Señor mío por llenar mi
vida de fantasías! Y es que hay uno por ahí que me gusta, que me atrae y ¿quién
sabe…? Quizás le dé un par de besos, y si te he visto no me acuerdo…no
sé…depende de lo que me pida el cuerpo, pero…si no quiero perder mucho el
tiempo, me lo camelo al momento…y lo arrastro hasta mi valle…Y me sonrió con
picardía cuando le dije…Vamos a jugar a los médicos…y me auscultó el pecho con
la yema de los dedos, me dio la vuelta para acariciarme entera, me acarició el
cuerpo con el terciopelo de sus besos… y llenó mi vida con su aliento…
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